ESA SOSPECHOSA PASIÓN PAGADORA
Verano, 2021. A 35 años del debate en Diputados sobre la deuda externa que el alfonsinismo no quiso investigar y el menemismo tampoco, esa Cámara tiene pendiente un proyecto del PEN ya aprobado por el Senado promovido por el propio ministro Martín Guzmán por el cual toda negociación por nuevas deudas debe ser aprobada por el Congreso de la Nación. "La sostenibilidad de la deuda pública debe ser política de Estado" señaló. Aquí se publican, con sus títulos originales, cinco notas extraídas del archivo de Congreso Abierto vinculadas con la cuestión. Tras el histórico fallo del juez Jorge Ballestero de 2000, el ex juez autor de este artículo recordado por su fallo contra la falsa quiebra de Swift-Deltec de hace cincuenta años, puntualiza que hay tres causas penales vinculadas con la madre de la cuestión: la legitimidad de la deuda. “Quienes toman decisiones sobre la deuda externa parecen dominados por una irresistible y sospechosa pasión pagadora, que también en su momento convendrá investigar” advierte, en línea con lo que ha sido hasta ahora el turbio asunto y que el Congreso de la Nación tiene la responsabilidad de cambiar ya mismo.
Por Salvador María Lozada (*)
Sorprende que la multitud de opiniones, reclamos, quejas, y debates que ha suscitado la pretensión presidencial de crear un fondo con reservas del Banco Central para garantizar el pago de la deuda externa, en su enorme mayoría, de un lado y del otro sistemáticamente soslayan el asunto capital y decisivo, lo que realmente más importa: precisamente ese pago de la deuda, si corresponde hacerlo, si esa deuda es legítima, si pagarle a los presuntos acreedores es procedente; dicho de otro modo, la calidad jurídica de lo que se intenta hacer. Lo grave, lo gravísimo, es que se pretende afectar reservas del Banco Central para asegurar el pago de una deuda que en su origen fue declarada parcialmente ilegal.