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SOLER CAÑAS, ESA PASIÓN

Alto, lento, calmo y silencioso, escasos gestos, con una bolsa grande de tejido plástico,  va cargando diarios, de distinto origen del interior, para una selección de textos que procederá a recortar en su casa, una tarea diaria en la redacción del diario Clarín, en las últimas horas de la tarde. Luis Soler Cañas, la pasión de las palabras.

Por Metapedia

Luis Miguel Soler Cañas nació el 6 de noviembre de 1918, en Buenos Aires. Falleció en la misma ciudad el 13 de septiembre de 1984. Fue  periodista, historiador y escritor que militó en las filas del Movimiento Nacional Justicialista. Se destacó como promotor del revisionismo histórico y como fundador de la Academia Porteña del Lunfardo (1).

Estudió en el Colegio Nacional Manuel Belgrano.  Asistió a la Universidad de Buenos Aires para formarse como pedagogo pero desistió lo mismo que su formación como abogado. En 1941 se convirtió al catolicismo.

Aunque era un empleado administrativo del Consejo Nacional de Educación, cultivaba un gran interés por la literatura, razón por la cual se integró a las tertulias de los jóvenes poetas porteños. Esa pertenencia facilitó su reclutamiento por parte de José María Fernández Unsain para trabajar en el diario nacionalista Cabildo, que dirigía en ese entonces el periodista Lautaro Durañona y Vedia. Allí pasaría de ser un corrector de estilo a un columnista más, publicando artículos a la par de personalidades como José Luis Torres, Roberto de Laferrère y Miguel Paulino Tato. Cabildo luego se transformaría en Tribuna, y llevaría ese nombre hasta su desaparición en 1947 a causa de una serie de cuestionamientos al gobierno de Juan D. Perón.

Soler Cañas vio en el naciente peronismo a un movimiento que emergía para reparar injusticias sociales y frenar la dominación extranjera que se imponía sobre la Argentina, lo que le sirvió de justificación para adherirse al movimiento. Estuvo vinculado a la Liga por los Derechos de los Trabajadores que comandaba el coronel Juan Francisco Castro en apoyo al régimen. Esa organización publicó la revista Latitud 34, de la cual Soler Cañas fue editor, asistiendo a su director Jorge Perrone. La publicación tuvo una vida efímera pero causó un gran impacto al convertirse en órgano de difusión de una nueva intelectualidad argentinista. Fue famosa, por ejemplo, su embestida contra el existencialismo, corriente filosófica que alimentaba a las izquierdas universitarias.

Durante los años en los que gobernó Perón, fue un activo colaborador de la prensa nacional,. Escribió para publicaciones como Dinámica Social, Esto Es, Plática, Histonium, Actitud, Poesía Argentina, Cultura, Capricornio, Ventana de Buenos Aires y el suplemento cultural del diario La Prensa. También fue funcionario de la Dirección General de Cultura del Ministerio de Educación de la Nación, desde donde organizó la Fiesta de la Poesía. Asimismo participó del Sindicato Argentino de Escritores, entidad que agrupaba a autores que apoyaban al gobierno.

La Universidad Nacional de Cuyo lo contrató para a una reedición crítica de la revista Canto, publicada a principios de la década de 1940. Allí advirtió la necesidad de promover una poesía que manifieste la esencia de lo nacional.

En 1955, poco después del derrocamiento de Perón, Soler Cañas perdió su puesto de empleado estatal. La marginación que padeció a causa de sus posturas políticas lo estimularon a apoyar a la Resistencia Peronista. Pasó en 1957 a desempeñarse como redactor del diario Mayoría que habían creado los hermanos Jacovella.

Soler Cañas fue un entusiasta difusor del revisionismo histórico, lo que lo llevó a incorporarse al Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, ocuparía cargos directivos. En 1951 publicó la obra San Martín, Rosas y la falsificación de la historia, prologada por Ramón Doll para polemizar contra Ricardo Rojas.

Poco después adhirió a la Organización Popular por la Repatriación de los Restos del General Rosas que habían creado Ernesto Palacio, José María Rosa y Ricardo Font Ezcurra para exigir que el cuerpo del Restaurador de las Leyes recibiese cristiana sepultura en su tierra natal.

En 1958 dio a imprenta su Negros, gauchos y compadres en el cancionero de la Federación, texto en el que revaloriza el folklore nacional y rescata la tradición rosista en la literatura popular.

Inspirado por esa experiencia, en 1966 compiló y editó el Cancionero de Perón y Eva Perón -financiado por Julio Darío Alessandro-, el cual incluye obras de José María Castiñeira de Dios, Fermín Chávez, Atilio García Mellid, Arturo Jauretche, Leopoldo Marechal, Juan Oscar Ponferrada, Ernesto Bustamante, Raúl Bustos Fierro, Rafael de Diego, Julio Ellena de la Sota, Juan Francisco Giacobbe, Cátulo Castillo, María Granata, Raúl Mende, Antonio Monti, Antonio Nella Castro, Gregorio Santos Hernando y Víctor Zerpa entre otros.

Produjo también estudios críticos sobre los escritores Lisardo Zía y Ricardo Güiraldes.

A fines de 1962 fundó la Academia Porteña del Lunfardo junto a José Gobello, León Benarós y José Barcia. Eso marcó un giro en los intereses del periodista, que se convirtió entonces en un apasionado investigador de la jerga popular de Buenos Aires.

Fue además un destacado colaborador de las revistas Jauja, Ahijuna, El Puente, Megafón, Avance, Las Bases y Familia Cristiana, como también del diario Clarín. (NdE: algo más que un colaborador. Fue un trabajador estable y en especial en la sección Interior, dado que por entonces, bajo la dirección de su fundador, Roberto J. Noble, Clarín tenía su plantel de periodistas en las grandes capitales, caso de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe, además de ciudades como Bahía Blanca y Mar del Plata).

Soler Cañas trabajó en la oficina de prensa del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), organización que le dio empleo cuando su militancia justicialista era cuestionada.

Bibliografía
San Martín, Rosas y la falsificación de la historia. Las inexactitudes de Ricardo Rojas. Buenos Aires: Latitud 34, 1951.
Negros, gauchos y compadres en el cancionero de la Federación. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, 1958.
Primera antología lunfarda (editor junto a J. Gobello). Buenos Aires: Las Orillas, 1961.
Lisardo Zia. Buenos Aires: Ediciones Culturales Argentinas, 1962.
Orígenes de la literatura lunfarda. Buenos Aires: Siglo Veinte, 1965.
Cuentos y diálogos lunfardos, 1885-1964. Buenos Aires: Theoria, 1965.
Cancionero de Perón y Eva Perón. Buenos Aires: Grupo Editor de Buenos Aires, 1966.
Güiraldes y Areco. La Plata : Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, 1971.
Antología del lunfardo (compilador). Buenos Aires: Crisis, 1976.
Güiraldes y su tierra. Buenos Aires: Castañeda, 1977.
La generación poética del 40. Buenos Aires: Ediciones Culturales Argentinas, 1981.
Artículos relacionados: Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas.

(1) El editor, compañero de Luis Soler Cañas  en la sección Interior del diario Clarín -escritorio a su lado-, entre 1966 y 1970, compartió con él la amistad con Jorge Larroca, también periodista, doce años menor que Luis y trece años mayor que quien escribe (Armando Vidal). Fue Vidal quien terminaría recibiendo los archivos, buena parte de ellos, después que la viuda de Soler, fallecido en 1984, se los transfiriera a Jorge. Fallecido Larroca en el año 2000. Alicia, su mujer, le pasó ese mundo de papeles y datos a Vidal, parte de los que a comienzos de este año donó a la Academia Porteña del Lunfardo. Buena parte quedó con él hasta que en la Academia pueda recibir lo que falta.