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RIVERA, DE UN BANDO AL OTRO

El partido Colorado tiene por numen a José F. Rivera, el artiguista fiel de grandes batallas contra el imperio lusitano, que luego se pasó al imperio brasileño. Fue el primer presidente uruguayo y tuvo por enemigo a Manuel Oribe, respaldado por Rosas. Oribe fue el líder del Partido Blanco. Rivera, libera, pugnó por hacer de Uruguay un estado tapón, lo que no quería Artigas.

Por Biografías y Vidas  

Nació en Paysandú, el 17 de octubre de 1784; murió en Melo, en 1854. Fue un militar y político uruguayo considerado una de las principales figuras de la emancipación de su país y en los primeros años de del Uruguay independiente. Fue el primer presidente constitucional de la República (1830/1834), cargo al que accedió de nuevo en 1838/1839 y 1839/1843.

Era hijo de un español originario de la provincia andaluza de Córdoba y de una bonaerense, granjeros en cuyas tierras vino al mundo. De joven, trabajó en las fincas paternas dedicado a la ganadería, especialmente en los terrenos que dirigía su hermano mayor, Félix, en lo que hoy es el departamento de Durazno.  

José Fructuoso Rivera combatió en las guerras de emancipación que la Banda Oriental mantuvo, primero contra la presencia colonial de España y, más tarde, contra la breve dominación de Portugal.

De hecho, participó en las luchas independentistas desde sus mismos comienzos, incorporándose enseguida a las filas de los patriotas criollos Pedro Viera y Venancio Benavides, anunciadores de la liberación uruguaya por medio del llamado Grito de Asencio, el 28 de febrero de 1811.

Dos meses más tarde, Rivera participó en la conquista de la localidad de Colla. Ese mismo año se unió a su hermano Félix, quien se había sumado a su vez a las filas del insurgente José Gervasio Artigas. El 18 de mayo de 1811 Rivera se encontraba entre las tropas de Artigas que derrotaron a los españoles en la batalla de Las Piedras.

En 1816, cuando los independentistas parecían derrotar definitivamente a los realistas españoles, los portugueses establecidos en Brasil invadieron la Banda Oriental, cuya conquista finalizaron cinco años más tarde.

Rivera siguió combatiendo por la independencia de la Banda Oriental practicando la guerra de guerrillas. En marzo de 1820, dos meses después de la derrota en la batalla de Tacuarembó -de otro insurgente uruguayo, el coronel Andrés Latorre-, Rivera fue vencido por los portugueses en la batalla de Tres Árboles.

Tras este revés, acordó con las autoridades portuguesas un armisticio que le permitió seguir como oficial militar en el ejército colonial de Portugal destacado en territorio brasileño.

Ya en 1821, firmó el acta que determinaba que las tierras paraguayas pasaran a integrarse Portugal con la denominación de Provincia Cisplatina. En 1822, Brasil se independizó de Portugal y se constituyó el Imperio Brasileño, del cual pasó a formar parte la Cisplatina. Y Rivera ingresó en el nuevo ejército imperial.

Nombrado en 1824 comandante general de las fuerzas brasileñas en la Provincia Cisplatina, se unió en 1825 a los llamados Treinta y Tres Orientales, un grupo independentista opuesto a la soberanía brasileña comandado por Juan Antonio Lavalleja. Lo hizo diez días después de que los hombres de Lavalleja llegaran a territorio uruguayo, el 29 de abril de 1825, junto al arroyo Monzón, razón por la cual esa unión entre los hasta entonces enemigos fue denominada ‘abrazo del Monzón’.

José Fructuoso Rivera intervino de forma determinante en la victoria independentista en la batalla de Rincón, que tuvo lugar el 24 de septiembre, y en la decisiva batalla de Sarandí, acaecida el 12 de octubre y que tuvo como consecuencia la anexión temporal de la Banda Oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata.

La difícil alianza entre Rivera y Lavalleja, no obstante, duró hasta que la Banda Oriental del Uruguay, tras eliminar su dependencia de Brasil y de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que fueron sus poderosas aliadas en la denominada Guerra Argentino-brasileña (1825/1828), proclamó la independencia en 1828. Dos años después la Banda Oriental se dotó de una constitución republicana unitaria.

Rivera, que había combatido por su cuenta contra los brasileños en esa guerra, y cuya actividad bélica había sido de gran importancia a la hora de que el Imperio Brasileño reconociera la independencia definitiva de Uruguay, fue elegido primer presidente de la República el 24 de octubre de 1830 por la Asamblea General Legislativa, derrotando a Lavalleja, Gabriel Antonio Pereira y Joaquín Suárez.

Asumió el cargo el 6 de noviembre de 1830. Durante los cuatro años de su inestable mandato, Lavalleja provocó una serie de rebeliones, pero ninguna tuvo éxito. El 24 de octubre de 1834 Rivera fue sucedido interinamente por Carlos Anaya, a quien sustituyó el 1 de marzo del año siguiente Manuel Oribe, otro de los grandes dirigentes de la lucha independentista contra los brasileños, y ya en aquellas fechas el gran rival político de Rivera.

En 1836, tras encabezar Rivera un levantamiento para deponer a Oribe, estalló el enfrentamiento entre los seguidores de ambos; tres años más tarde, el conflicto daría lugar a la guerra civil conocida como Guerra Grande.

Rivera se exilió en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, dado que Oribe contaba con el apoyo del todopoderoso Juan Manuel de Rosas. Se formaron entonces el Partido Blanco (Partido Nacional), compuesto por los seguidores de Lavalleja y de Oribe; y el Partido Colorado, integrado por los partidarios de Rivera y defensor del liberalismo.

Fuentehttps://www.biografiasyvidas.com/

 

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