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1807, EL PRIMER GRITO DE PLAZA DE MAYO

La primera manifestación de protesta en Plaza de Mayo en 1807, con motivo de la ocupación de Buenos Aires por los ingleses en su segunda invasión, culmina cuatro días despues con la destitución y expulsión del virrey Sobremontes. Aquí se cuentan los hechos y se deja formulada una pregunta que el autor prefiere que respondan sus lectores.

Por Daniel Carlos Argemi (*)

A comienzos del siglo XIX, España tenía mucha esperanza en mantener su Imperio, pero cada vez contaba con menos recursos para que ello fuera posible.

En 1806, se produjo lo que los libros de historia llaman la primera invasión inglesa (hay otra al año siguiente). Durante las cuales, la corona y el gobierno colonial demostraron su incapacidad total para enfrentarlas, sufriendo las consecuencias de ello.

Una muchedumbre se había congregado en la Plaza Mayor el día 6 de febrero de 1807, mientras vociferaban consignas contra el virrey brigadier general don Rafael de Sobremonte Núñez del Castillo Angulo Bullón y Ramírez, Marqués de Sobremonte, y contra todos los miembros de la Real Audiencia; además, mostraban en sus gritos y en las conversaciones que tenían, su preocupación ante la grave situación política y militar (el poblado había sido ocupado por los ingleses durante 47 días).

Por primera vez en la ciudad de Buenos Aires, apareció un movimiento popular tan visible como masivo, ante el cual los funcionarios coloniales no sabían cómo reaccionar.

El día 10 de febrero, finalmente se reunió en el Fuerte de Buenos Aires, una nueva Junta de Guerra (participaban los funcionarios y vecinos invitados), que finalmente decidió destituir al virrey Sobremonte y detenerlo (una posterior real cédula del día 24 de febrero de 1807, lo confirma: fue detenido en la ciudad de Montevideo y llevado a Buenos Aires, para posteriormente ser enviado a España y sometido a un Consejo de Guerra. Fue declarado inocente y rehabilitado en 1813).

Durante los debates, muchos funcionarios sostuvieron posiciones moderadas en las discusiones, porque no querían una situación fuera de control y que la anarquía quedara instalada en la región; pero una gran cantidad de vecinos y de jefes militares presentes -la mayoría criollos-, buscó cortar de raíz lo que llamaron total ineptitud y desgobierno.

También, en muchos estaba presente la decepción y el temor, por lo que consideraban el "abandono" por parte de España.

Casi todos fueron concientes de que tendrían que afrontar la crisis con sus propios recursos.

Luego de algunos días de negociaciones y largas discusiones, se llegó a una solución del problema.

El día 19 de febrero, la Real Audiencia asumió el gobierno del Virreinato de manera interina. Una de sus primeras medidas fue nombrar teniente general interino a don Santiago Luis Enrique de Liniers y Brémond (verdadero héroe de la lucha contra los invasores); la jerarquía del grado le otorgó una completa autoridad militar sobre el territorio.

Los funcionarios sintieron por primera vez la presión de las demandas populares y solamente atinaron a satisfacerlas inmediatamente.

Unos años antes de 1810, el espíritu de la Revolución de Mayo ya estaba latente en la población. Hacía falta un cambio y marchaban hacia él, pero todavía no había un proyecto claro y compartido sobre cómo llevarlo adelante. De cara al Bicentenario y luego de transcurridos 203 años de estos hechos tan importantes: ¿cómo marcha nuestro proyecto actual de país? ¿Qué opina, señor lector?

(*) (Prof. de Historia- Prof. en Ciencias Políticas)  

Bibliogrfía citada: Orígenes de la Nación y del Pago Chico. Ediciones del Fuerte, 2009.

Fuente: La voz de Tandil 11/4/10.