A+ A A-

PAYSANDÚ, MASACRE DE BRASIL Y DE MITRISTAS

Antes del comienzo de la Guerra de la Triple Alianza, brasileños y mitristas, comandados por el  uruguayo colorado general Venancio Flores, destruyeron la ciudad de Paysandú, tras una heroica resistencia de su pueblo. Una historia que permanece en la oscuridad.

Por Héctor H. Dalmau

Uno de los hechos más significativos que determinaron los inicios de la guerra contra el Paraguay fue el ataque brasileño-argentino al Uruguay, que culminó con la destrucción de la ciudad de Paysandú.

El 11 de marzo de 1860, Bernardo Berro triunfó por 47 votos a favor sobre 51 votantes y se convirtió en el séptimo presidente de la República Oriental del Uruguay.

Pero el 19 de abril de 1863, el general uruguayo Venancio Flores, con la complicidad del unitario Bartolomé Mitre, presidente de la Argentina, invadió ese país dando inicio a la denominada Cruzada Libertadora.

Después de pavonizar la Argentina, los mitristas se fueron a pavonizar al Uruguay donde había un gobierno del partido blanco, tradicionalmente amigo de los federales argentinos.

Para invadir el Uruguay, Mitre y Flores inventaron un pretexto: que el presidente Berro andaba en conflicto con un canónigo de la Catedral de Montevideo expulsado de su cargo por meterse en política.

Ya estaba el pretexto y aunque Mitre y Flores eran masones, levantaron en sus banderas una cruz y llamaron a su aventura Cruzada Libertadora.

Y así se lanzó Flores el 19 de abril de 1863 a “libertar”, mientras los brasileños le mandaban plata. Un considerable sector de los católicos lo apoyaron.

Como Mitre era aliado de los brasileños enemigos de Berro, mandó al Uruguay a ese general que estaba a sus órdenes, apodado El degollador de Cañada de Gómez para que lo sacase a Berro y se hiciera presidente el propio Flores para entregar el país a los brasileños e ingleses.

Berro no pudo derrotar a los insurrectos y ante la imposibilidad de realizar elecciones con normalidad dejó el poder el l° de marzo de 1864 al presidente del Senado Atanasio Aguirre.

Brasil intervino en apoyo de la revolución y esa intervención imperial causó otra tragedia: el sitio y la caída de Paysandú, defendida por Leandro Gómez.

 * La destrucción de Paysandú

Entre diciembre de 1864 y enero de 1865, ocurrió uno de los episodios más dolorosos de la historia uruguaya: el sitio de Paysandú, donde seiscientos defensores liderados por Leandro Gómez, comandante de la plaza, enfrentaron a dieciséis mil soldados argentinos y brasileños con un resultado trágico para la ciudad que quedó totalmente destrozada, siendo saqueada por los guerreros victoriosos.

Con coraje criollo los orientales se defendieron contra los soldados mitristas y el oro brasileño. Y no eran solamente elllos porque muchos argentinos federales cruzaron el río al comprender la dimensión de esa batalla que se libraba por la libertad de un pueblo.

Pedro II El emperador del Brasil quería acabar cuanto antes con la Cruzada Libertadora.

¿Cómo era posible que un puñado de orientales resistiese a los batallones mitristas y al dinero que se le mandaba desde Río de Janeiro?

Era que la guerra civil se había hecho larga y molestaba a los brasileños con estancias en el Uruguay.

El ejército brasileño cruzó la frontera en el invierno de 1864 y fue contra Paysandú, mientras que la escuadra de ese país, abastecida de bombas por Mitre en Buenos Aires, remontó el río Uruguay y bloqueó la ciudad.

Defendida por ochocientos o mil voluntarios, Paysandú (entre ellos Rafael Hernández, el hermano de José Hernández, que no pudo llegar) estaba sitiada por un ejército de 20.000 brasileños y los soldados que respondían a Flores (afortunadamente para el honor argentino no llegaron a tiempo los mitristas) y una escuadra poderosa de quince buques, entre ellos algunos acorazados con los cañones más potentes de la época.

El 6 de diciembre empezó el sitio, el épico sitio de Paysandú.

De Buenos Aires, de Córdoba, de Entre Ríos, de Corrientes, miles de voluntarios argentinos fueron a pelear y morir si fuese necesario junto a Leandro Gómez pero el gobernador entrerriano Justo José de Urquiza no los dejó pasar.

Hasta último momento se esperó que el caudillo, a quien todavía se tenía por jefe del partido popular, cruzase el río y liberara Paysandú, aunque él, enfrente de ella, en su palacio de San José, desde el cual se podían seguir los pormenores de la lucha, se limitaba a prometer que iría. Jamás lo haría porque ya lo habían comprado los brasileños muy en secreto por casi dos millones de francos.

Por ese precio altísimo le compraron todos los caballos disponibles en Entre Ríos, lo que significó un negocio para Urquiza al embolsar una diferencia de 390.000 patacones de plata (más o menos dos millones de francos oro).

La operación comercial incluía una condición: que se quedara quieto, pero prometiéndole a los suyos que iría a liberar a Paysandú. Porque si Urquiza no hubiese dado esta promesa y hubiese renunciado a la jefatura del partido federal, los argentinos solos hubieran liberado la ciudad.

* Bajo la metralla

Sin que nadie la ayude Paysandú resistió 30 días el fuego de los cañones brasileños y la metralla de los regimientos de Flores.

Con su guarnición reducida a poco más de doscientos hombres, sin municiones, sin velas siquiera para alumbrar las noches, Gómez seguía resistiendo entre las ruinas de la ciudad.

El general brasileño Propicio Menna Barreto había prometido al emperador que la bandera brasileña ondearía en lo alto de Paysandú la noche de año nuevo; y ésta se acercaba y todavía estaba allí la oriental, iluminada por las granadas mitristas disparadas por los cañones brasileños.

El último ataque, la noche misma de año nuevo, fue tremendo, pero la bandera oriental se mantuvo. Finalmente, el 2 de enero, los defensores de Paysandú, que ya se defendían a cascotazos, fueron masacrados. Leandro López fue fusilado como a casi todos los suyos.

Entre los pocos que se escaparon por haberse escondido entre las ruinas, estaba un joven argentino llamado Rafael Hernández, cuyo hermano José (futuro autor de Martín Fierro) no pudo pasar desde Entre Ríos porque Urquiza no lo dejó.

También quedaron Carlos Guido Spano, Olegario Andrade y lo más granado de la juventud federal argentina mordiéndose los puños de rabia por no haber podido pelear y morir en Paysandú.

Mitre felicitó al almirante brasileño Tamandaré y al general Propicio Menna Barreto por la "hazaña".

NdE: Hasta aquí el artículo de Héctor H. Dalmau, extraído de su libro Crónicas del país de los ríos muertos, editorial El Escriba, Buenos Aires, 2008, en el que, además, aporta documentación y citas, incluyendo una conferencia de José María Rosa, de 1964, con el patrocinio del Instituto Juan Manuel de Rosas. Y que comienza con los versos del payador Gabino Ezeiza:
Heroico Paysandú yo te saludo/ hermano de la patria en que nací/ tus triunfos y tus glorias ofrecerte/ te canto de mi patria como aquí/ yo guardo este recuerdo de mi patria/ pegado en una brisa tu canción/ el hijo del temblor de tu saliente/ tu más grande y sublime inspiración/ hermanos en las luchas y en las glorias/ la mina de quien amo y su candor/ con ecos nacionales de la historia/ queriendo proclamarme vencedor/ Heroico Paysandú yo te saludo/ la Troya y gloria americana por tener/ saludo a este pueblo de valientes/ y juro de los bravos treinta y tres/ Heroico Paysandú yo te saludo/ hermano de la patria en que nací/ tus triunfos y tus glorias ofrecerte/ te canto de mi patria como aquí.