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MALO ES LO QUE SE VA PONIENDO

En el país del no sabía y del no me acuerdo, no resulta extraño que los medios desconsideren entrevistar al  político e historiador socialista, autor de este artículo, conocido por los lectores de Congreso Abierto por sus destacadas colaboraciones. Anticipa un dramático aluvión de pobres. 

Por Víctor Oscar García Costa

Los que nos conocen saben bien que nos manejamos con datos y cifras ciertas, compulsadas y verificadas. Ya lo hemos probado en nuestros cinco últimos trabajos, todos publicados en La Palabra y en folletos (también en Congreso Abierto y otros sitios) y corroborados por la realidad.

Ahora estamos en condiciones de afirmar, con datos irrefutables, que el actual gobierno, con sus medidas económicas relativas a la devaluación, las transferencias de retenciones al sector agroexportador, el tarifazo eléctrico aún incompleto, la inflación generada, el aumento de los artículos de primera necesidad, la apertura de las importaciones textiles, del cuero y de autopartes y la paralización de la obra pública que ha desplazado a más de 60.000 trabajadores de la construcción y ha producido una importante disminución en la venta de cemento y los despidos sin causa de personal público y privado, ha generado 1.000.000 de pobres más, provenientes de los sectores medios y 1.000.000 de excluidos más, provenientes de las clases pobres.

Pero, lo que es peor, es que, según los cálculos en los que coinciden economistas de diversos sectores, incluidos algunos “renovadores”, esas cifras se duplicarán a lo largo del año de modo que para diciembre de 2016 habrá 2.000.000 de pobres más y 2.000.000 de excluidos más.

Será así porque se mantendrán y/o elevarán los índices de inflación que ya han alcanzado el 50 por ciento y continuará el ascenso de los precios de los artículos de primera necesidad de lo que ha resultado una suba promedio del 61 por ciento.

El Indec, cuyos datos dice ahora el FMI que eran correctos, ha sido cerrado y permanece mudo, situación que el gobierno mantendrá hasta después de septiembre, maniobra con la que pretende frenar los reclamos en las convenciones colectivas de trabajo, que algunos gremios ya han estimado con un piso del 50 por ciento.

Alguien, no nosotros, podría decir: lo bueno de todo esto es lo malo que se está poniendo.

Sí decimos: lo malo de todo esto es lo malo que se está poniendo.

Por este camino las tensiones sociales son inevitables.

Guarde este artículo y verifique luego si tenemos razón.