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OPINAN TRES TRIBUTARISTAS

La historia de las cargas tributarias en la Argentina es la acumulación de lo permanente presentado como lo transitorio que nunca llega a la reforma anhelada. Aquí analizan la cuestión tres tributaristas - Salvador Treber, Juan Carlos Gómez Sabaini y Jorge Gaggero-,  que  evalúan la actual estructura impositiva. Coincidencias y matices. Tres opiniones cortas, precisas y textuales.

Por Salvador Treber

Es necesario llevar adelante una reforma tributaria para fortalecer el proceso de redistribución del ingreso. En los últimos veinte años se han registrado muy pocos avances en ese sentido. Entre los principales defectos de nuestro régimen tributario sobresale su gran regresividad. El IVA representa al 30 por ciento de los recursos tributarios.

Es un impuesto de una alícuota elevada y debería ser posible realizar mayores diferencias entre los consumos de los distintos sectores así como la exclusión de todos los productos de la canasta familiar.

El impuesto a las Ganancias debiera ser el más importante en el país. Hoy no lo es. En la Argentina, por cada 100 pesos de Ganancias, 23 pesos corresponden a las personas físicas que lo pagan y el resto a las empresas.

Un impuesto a las Ganancias que recae sobre las empresas es regresivo para el resto de la población porque, además de pagar poco, las compañías pueden precalcularlo y compensarlo subiendo el precio de sus productos. Los únicos tributos que son progresivos son las retenciones a las exportaciones de cereales. 

 Nota: Treber es profesor de la Universidad Nacional de Córdoba 


 

Juan Carlos Gómez Sabaini

Economista

* Plagada de beneficios

 "Al sistema fiscal argentino le falta balance entre tributos directos e indirectos. Está muy cargado de impuestos indirectos y el peso de la renta personal es escaso. Por eso, hay que replantear el impuesto a la renta. Con mayores tasas a las personas físicas y menores a las sociedades se fortalece la inversión y mejora la distribución. Es necesario atenuar el peso de imposición indirecta. Fortalecer impuestos sobre patrimonios.

El sistema está plagado de beneficios que favorecen a determinados sectores, gastos tributarios y exenciones, como el tratamiento particular a los dividendos de las sociedades que están excluidos de pagar renta de personas físicas. Hoy hay rentas que no tributan sin que existan razones claras para que no lo hagan, como plazos fijos, títulos públicos y hasta los jueces. Se debe restablecer el impuesto a las ganancias de capital o beneficios eventuales para las personas físicas.

El impuesto a los débitos y créditos o los derechos de exportación, si bien son necesarios en el escenario actual, en una perspectiva de largo plazo no deberían continuar.” 


 

Jorge Gaggero

 Economista

* Zonas grises

 “Una reforma tiene que ser progresiva, procompetitiva, anticíclica y asegurar la estabilidad de los recursos fiscales en el tiempo. Una reforma en este sentido debe ser fiscal y no puede concebirse como meramente tributaria. Ingresos y gastos son inseparables.

Incrementar la presión en algunos impuestos para recaer sobre los más ricos y poderosos y no tanto sobre el consumo implica necesariamente repensar y reformar la estructura del gasto. Por eso, como punto de partida es necesario encarar una reforma del gasto con objetivos de mayor redistribución, eficiencia y transparencia. Eliminar los subsidios a la clase media, ricos y aquellos subsidios indebidos al sector empresario.

También es necesario transparentar la inversión pública y los procesos de licitaciones. A su vez, se debe repensar algunos mecanismos de promoción industrial, ya que muchas veces se exime de pagar impuestos a grandes empresas que no necesitan esos beneficios para llevar adelante sus emprendimientos. Hay que ajustar distintas normas que ofrecen zonas grises para la evasión y la elusión.”

Fuente: Página 12, suplemento Cash, 22/5/11.

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