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NEGOCIOS JUNTO AL RÍO

El espacio publico es una  víctima constante en los negocios inmobiliarios en la  Argentina. Aquí, el caso de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, l71 hectareas en manos de la mega empresa IRSA. Pura caja, dice el autor, a diferencia del proyecto de Menem- Grosso de Puerto Madero.

Por Miguel Jurado ( * )

 "Hasta la semana pasada, nadie se preocupaba por la ex Ciudad Deportiva de Boca y ahora es un escándalo”, tiró mi amigo Nacho. Como es un contrera full time preferí no hacer comentarios hasta saber para qué lado iba.

“¡Viejo, si los ricos quieren vivir bien y todos juntos, hay que dejarlos!”, sentenció el Manteca (nuestro arquero) y empezó a recitar una sarta de lugares comunes que llenarían un libro de aforismos.

Entonces Nacho la emprendió contra la idea de urbanizar esos terrenos ganados al río junto a la Reserva Ecológica. Mientras la discusión se calentaba yo le empecé a explicarles a los menos informados que el Gobierno de la Ciudad elevó un convenio con la empresa Irsa para que sea aprobado por la Legislatura.

El objetivo: urbanizar las 71 hectáreas de ese terreno fue cedido al club Boca Juniors para que construya su Ciudad Deportiva en la década del 60. Bueno, en realidad, a Boca le dieron un pedazo de río y barro para que lo rellenaran a piacere . Y lo rellenaron vendiendo bonos entre hinchas y socios.

Pero los tiempos cambiaron y en los 90, el club vendió a Batistuta y al terreno de sus sueños. Renunció a la ilusión de tener una cancha a la medida de su popularidad, pero arregló sus finanzas.

En ese momento nació la posibilidad de hacer un barrio náutico.

Recién empezaba Puerto Madero y había más dudas que certezas sobre inversiones de ese tipo. Pero ahora que Madero es un éxito consumado (y en vías de dar sus últimos dividendos), muchos inversores empiezan a soñar en nuevos proyectos urbanos.

El año pasado sonaba Dársena Norte, después la costa que va de Avellaneda a Quilmes. Ahora renació la ex Ciudad Deportiva.

Cuando volví a meterme en la discusión, Nacho aseguraba que para entrar a ese barrio va a haber que ir con documentos y declaración de ganancias.

 “¡Callate! –saltó Gastón– si casi el 50% de la tierra va a ser espacio público, ¿qué más querés?”

Entonces me acordé que Rodolfo Machado, profesor de Harvard, que analizó los nuevos desarrollos urbanos en los Emiratos Arabes, descubrió espacios que discriminan sin necesidad de controles: “Son lugares en los que te sentís un sapo de otro pozo. Nadie te echa, vos empezás a tener ganas de irte”, me decía hace unos años.

Hace poco, el urbanista Marcelo Corti me lo explicaba didácticamente: “No solo se trata de ceder espacio público: para que los parques y plazas de ese desarrollo sean inclusivos hay que lograr un diseño que revierta la condición de aislamiento que hoy propone la Ciudad Deportiva”.

“Este desarrollo va a ser como Puerto Madero, un lugar lindo con parques que usa todo el mundo”, explicó Gastón y me dio el pie para decir algunas cosas, como que el barrio que se pretende construir en la ex Ciudad Deportiva no tiene nada que ver con Puerto Madero.

Por lo pronto, Puerto Madero fue un desarrollo del Estado, cada paso que se dio fue valorizando terrenos que pertenecían al propio Estado y no a un privado.

En el caso de la Ciudad Deportiva, todas las normas que se dicten generarán una ganancia espectacular al día siguiente. Los dueños podrán salir a vender lotes y hacer plin caja. Y si te he visto, no me acuerdo.

 ¡Para qué! Mi explicación fue como tirar nafta al fuego. Nacho salió con que se van a construir torres porque el acuerdo eleva la superficie y altura de los edificios. Gastón lo acusó de “utópico trotskista”. La discusión, como siempre, se fue de cauce.

No llegué a explicar que, en urbanismo, toda ganancia lícita debe aportar al beneficio común, generar espacios públicos inclusivos y proveer lugares para la vivienda social.

Los nuevos emprendimientos urbanos tendrían que repetir las condiciones de la ciudad tradicional en donde la mezcla social es una constante.

No le hace bien a una ciudad tener guetos para pobres y para ricos. En España, por ejemplo. todo nuevo desarrollo prevé la construcción de viviendas subvencionadas para sectores menos pudientes ¿No será hora de que los desarrolladores locales también tengan esa obligación?

(* Arquitecto, editor adjunto de la sección Arquitectura del diario Clarín ) (/Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)  

Título y bajada: Polémica en la Ciudad Deportiva /El barrio de lujo proyectado en el extremo sur de Costanera plantea un debate sobre qué se considera espacio público

Fuente: Clarín, 7/10/2011