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SAGOL, LA POLÍTICA SÓLO COMO SERVICIO

Como político radical cumplió dos mandatos continuados como intendente de la mítica Avellaneda y, después, colaboró con sus sucesores en el cargo, incluyendo a los peronistas, a quienes había vencido en la elección de 1983. Treinta años después, sigue alquilando y camina entre la gente.

Por Héctor Placenti

Luis Sagol tiene un andar distinto, elegante, como si caminara una milonga acompasada en las mejores pistas tangueras, que bien conoce. Formó parte de todos los gobiernos de Avellaneda desde 1983. Es decir, desde cuando pertenecía a la Unión Cívica Radical y asumía la intendencia tras vencer al peronismo.

Ël -y sus circunstancias- fue quien le insumió en ese baluarte de trabajadores la primera derrota al movimiento de Perón. Sorpresas que da la vida merced al carisma de Raúl Alfonsín.

Actor político exponente de la buena persona, de trato cálido con la gente del común, enseña cuando habla.

 “El lugar, que también es nuestro lugar, es del vecino que con su apoyo, con su voto, te eleva a un lugar de exposición y privilegio y al que no debés confundir ni menos defraudar", afirma mientras prefiere una gaseosa a tono con el sol que comienza a pesar en la vereda recientemente ampliada de un café de la calle San Martín, donde transcurre esta charla.

Un diálogo que será cortado una y diez veces por la cantidad de vecinos que se acercan a saludarlo. 

 “El mayor capital que tiene un hombre que se dedica a la política, es el reconocimiento de su gente, así nos enseñaron y eso tratamos de hacer humildemente”, completa.

Ha finalizado su trabajo municipal.

Se acaba de retirar, tras agradecer al intendente Jorge Ferraresi (peronista K), a quien asesoró.

 - ¿Cómo hizo para formar parte de una madera distinta, siendo astilla de otro palo?

- La partidos políticos ya no tienen gravitación en la vida de la gente común. Todos lo sabemos pero hay dirigentes que tratan de ligar el sistema democrático a la partidocracia. Y yo creo que el fracaso de la partidocracia está llevando a un fracaso al sistema democrático. No solo acá sino en el mundo. Si no es por el esfuerzo de algunos líderes, una vez más los grupos económicos condicionan la política de gobierno. Y es muy difícil conciliar política con economía.

- ¿Se siente un concertador?

- Más que concertador, superador de la pavada política.

 - ¿Puede ampliar el concepto?

- Quiero decir que no hay que caer en el juego de quienes hacen de la política un fin.

- Qué es lo primero que le viene a su memoria en su paso por la intendencia?

 - Yo asumí el municipio cuando Alejandro Armendáriz lo hacía con la gobernación y Raúl Alfonsín lo hacía con el gobierno de la Nación, que desde el punto de vista de la eficacia eran cero. Fue muy lindo el 30 de octubre, con la gente festejando con alegría porque volvía la democracia. Pero no teníamos hombres y mujeres preparados para hacerse cargo del gobierno. Nadie tenía, ni los radicales, ni los peronistas, ni los desarrollistas.

- Usted fue reelegido…

- Hice dos mandatos. Obtuve una reelección con un corte de más de veinte mil boletas de los vecinos que apoyaron. Hicimos más de 500 obras públicas. A poncho. Porque el Banco Provincia, no es lo que es ahora que respalda a la actividad municipal. El gobierno provincial estaba en manos de un buen hombre, que era un vecino de Saladillo, que Buenos Aires, le resultaba una incógnita difícil de develar. Y el gobierno nacional, estaba en otra cosa. La reelección fue un reconocimiento de los vecinos. Hoy el gobierno nacional entra en los municipios con una cantidad de recursos impresionantes. Son otros tiempos. Hay que ubicarse.

- ¿Como definiría la política a la luz de su experiencia?

- La política es la atención permanente de los problemas de la gente, de los problemas cotidianos. Y la política es gobierno.

 - ¿Se atreve a visualizar quién sucederá a Cristina Kirchner?

- No es una estrella descollante pero como se entiende la política seguramente será Daniel Scioli. Vamos a ver hasta dónde llega el grupo Clarín apoyando a Sergio Massa.

 - ¿Qué se lleva de la política?

 - Muchos amigos. Mucha gente conocida.

- ¿Ese es su patrimonio?

- Sí. Yo tuve que elegir entre hacer patrimonio económico o hacer patrimonio personal. Lo hablamos con mi señora, Chichita. A los tres meses de gobernar le dije: ¿qué hacemos? ¿Compramos un departamento por mes o vivimos tranquilos?. Y mi mujer me dijo: “quiero seguir viviendo en Avellaneda”. Entonces, mejor vivamos tranquilos.

 - Hoy no parece ser así…

- Yo fui formado en una sociedad en la que ser decente y honrado era ser un hombre prestigioso. Yo alquilo donde vivo. No tengo riquezas. Me ayudó Ferraresi a jubilarme. Y sabe, hay tipos que dicen que soy un gil…pero yo camino tranquilo por la calle y la gente me saluda.