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LA INDUSTRIA FERROVIARIA
A 65 años de la nacionalización de los Ferrocarriles en el primer gobierno de Perón y cuando todavía esa vía fundamental del transporte de carga y de pasajeros sigue siendo sólo un mero negocio para pocos se publica este tramo de una obra fundamental para saber de qué se trata.
Por Olga Teresa Funes (*)
La nacionalización de los ferrocarriles fue una de las etapas más decisivas para la industrialización del país. En las Orientaciones Políticas de Gobierno (1947-1951), Política de Transporte Interno, se consignaba en los ítems d) y e):
* Orientar y estimular la fabricación nacional de los elementos necesarios a los distintos medios de transporte, por medio de una política de precios adecuada a las necesidades de cada momento.
* Procurar la formación de stocks y minas artificiales de aquellos implementos o materia prima que sean necesarios para asegurar el funcionamiento de las actuales industrias nacionales o para la instalación de otras que se dediquen a la construcción, reparación o conservación del utillaje de transporte argentino.
En el año 1949, el ingeniero Pedro Sacaggio (ex jefe del Departamento Mecánica del Ferrocarril Sud) dirigió la producción de Locomotoras Diesel, cuyo diseño data del año 1943, bajo la hegemonía inglesa.
Nacionalizados los ferrocarriles, fue designado a cargo de la Fábrica Argentina de Locomotoras.
La innovación tecnológica generada por nuestros técnicos e ingenieros a partir de la fabricación de las locomotoras Justicialista y la Argentina marcó una etapa dentro del marco de la independencia económica.
En los Talleres Liniers del FCDFS fue construida la primera locomotora por técnicos y obreros argentinos, la Justicialista.
Sus características técnicas: potencia, 2.800 HP; velocidad 150 km por hora; carga por eje: 12 toneladas. Su sistema rodante poseía una especial interacción rueda-riel, dando seguridad a la marcha. Sus motores podían ser accionados con aceites vegetales, de girasol, de maní, lino, etc., en lugar de petróleo.
Se estimaba que, de acuerdo a la planificación, hacia fines de 1954 nos habríamos independizado totalmente de las importaciones en este rubro fundamental.
Otra de las características técnicas de la Justicialista consistía en que contaba con bogies de cuatro ejes, adecuados para marchar a 150 km por hora.
Los resultados fueron óptimos y el Ministerio de Transporte, a cuyo cargo se encontraba el Ing. Maggi, dispuso continuar con la producción, decidiendo la construcción de 683 nuevas locomotoras.
La decisión de industrializar el país tuvo a los Talleres Ferroviarios como uno de los epicentros en los cuales no sólo se diseñaban líneas de producción sino que se daba un salto cualitativo al producir innovación tecnológica (NdE: ilustra el texto un mapa de la red ferroviaria nacional, extraído de Memoria Ferrocarriles Argentinos, 1987).
La Justicialista cubrió con importantes performances de velocidad los recorridos a Mar del Plata, Bariloche y Mendoza, alcanzando los 145-150 km/hora.
La segunda locomotora diesel eléctrica fabricada por FADEL (Fábrica Argentina de Locomotoras) se denominaba Argentina y era gemela de la Justicialista.
En los Talleres de Remedios de Escalada se fabricaron usinas móviles Diesel Eléctrica.
La usina móvil generaba electricidad sobre los rieles, cuya energía movilizaba los motores de los demás coches del convoy.
La industria privada concurrente inició un sendero de crecimiento que se mantuvo firme hasta la década de los noventa, comienzo del período de desestructuración del sistema ferroviario nacional mediante la ley 23.696 (1), el decreto Nº 666/89 y demás normativas complementarias a dicho fin.
El golpe de Estado del 16 de septiembre de 1955 dispuso el cierre de la Fábrica Argentina de Locomotoras.