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SÓLO FUEGOS ARTIFICIALES

Mucho más temprano que tarde la realidad económica quitará el velo con el que pretenden ocultarnos el camino por el cual nos conducen, dice el ex diputado nacional peronista en este artículo que pone la luz sobre el atildado ministro Prat Gay y el blanqueo de capitales en tiempos de la Alianza. Nombres de ayer y hoy.
 
Por Eduardo Di Cola
 
"Desde el punto de vista técnico, político y moral para nosotros es absolutamente inaceptable", afirmó el ministro de Economía (sic, formalmente es ministro de Hacienda) Alfonso Prat Gay al momento de anunciar la derogación del sistema de blanqueo de capitales lanzado a mediados del 2013.
 
Con calificativos grandilocuentes y altisonantes lo que hace el gobierno es confundir y distraer la atención de los asuntos centrales sobre los que está decidiendo.
 
De todas formas antes de dedicarle un par de párrafos a esta cuestión, quiero recordarle a Prat Gay que el blanqueo ahora derogado, fue superador del que en el año 2001 había realizado la entonces Alianza, instrumentado por los mismos que ahora son sus compañeros del gobierno, tal el caso de Ricardo Gil Lavedra, Gerardo Morales, Mario Negri, Oscar Aguad, Margarita Stolbizer (hoy: ¿oficialista u opositora?), más Graciela Ocaña en silencio y especulando con un ofrecimiento de Macri (1), incluso algunos son sus coequiper de gabinete, tal el caso de Patricia Bullrich y Hernán Lombardi.
 
Estos dirigentes en el 2001 habilitaron algo que en el 2013 fue bloqueado, autorizando a personas físicas, bancos y empresas para que mediante el mecanismo de capitalización de las sociedades tuvieran la posibilidad de blanquear dinero no declarado sin que nadie los indagara en cuanto a su origen.
 
A su vez, lo eximieron de todos los impuestos, al mismo tiempo que liberaron a la AFIP de la obligación de formular la denuncia y la instruyeron a desistir de las que ya hubieran sido hechas.
 
Se favoreció directamente a los bancos permitiéndoles capitalizarse con las divisas que ellos mismos fugaban y con la de sus clientes a quienes ayudaban a fugar.
 
Incluso permitían beneficiarse con el sistema a los investigados por lavado y a los propios funcionarios y sus familiares. De tal forma que si Prat Gay tiene algún cuestionamiento moral empiece por sus propios compañeros de gobierno. Lo que está claro es que no tendrá cuestionamiento a quienes resultaron favorecidos al ser los propios bancos con cuyos intereses él se relaciona.
 
De todas formas mientras como pantalla instalan mediáticamente estas cuestiones, ocultan que el conjunto de decisiones tomadas simultáneamente tales como, entre otras, la devaluación, la suba de las tasas e interés y la eliminación de retenciones, sumado a que el BCRA, conducido por un procesado por el escándalo del megacanje que nos endeudó en decenas de miles de millones de dólares, eliminó las restricciones a la entrada de capitales golondrinas y el techo a las tasas activas (para créditos), además de empezar a tomar deuda en dólares con fines monetaristas, nos llevan a recorrer un camino tristemente conocido.
 
Como nos indica nuestra propia experiencia y lo denuncian muchos economistas como Aldo Ferrer para mencionar alguno, la estrategia ortodoxa de las metas de inflación comienza siendo fatal para los sectores populares y la industria para inmediatamente arrastrar al comercio, servicios y al conjunto de la economía, con excepción del sistema financiero que junto a un grupo pequeño del capital concentrado y monopólico resultan los únicos beneficiados.
 
Y lo hacen de espalda a la República, desconociendo la mayoría expresada en el Parlamento, elección en la que el PRO fue derrotado, y pretendiendo imponer por decreto a dos empleados del Poder Ejecutivo, esto del Presidente Macri,  como miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
 
Mucho más temprano que tarde la realidad económica quitará el velo con el que pretenden ocultarnos el camino por el cual nos están conduciendo.   
 
(1)  NdE: Graciela Ocaña era la "hormiguita viajera" del bloque de Elisa Carrió, y de ese papel saltó a ser interventora en el PAMI con Néstor Kirchner y ministra de Salud con Cristina, para desesperación en Diputados de Eduardo Macaluse, quien al inicio de cada período parlamentario sistemáticamente reclamaba la renuncia de Ocaña a la banca de la diputada, que ella retuvo durante años por hallarse de licencia- Ejemplo hasta ahora insuperable de caradurez cívica en el Congreso.                                                                                                                              
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