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ACREDITACIONES E INGRESOS

ACREDITACIONES E INGRESOS

  • Categoría de nivel principal o raíz: Verdad y compromiso
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ADECUADA PRESENCIA

Las presidencias de las respectivas Cámaras transfieren al responsable del área de Prensa -generalmente un periodista, pero no siempre- que se ocupe de todo lo concerniente a la tarea. En base a normas y experiencias de uso podría decirse que el sistema funciona como a continuación se señala.

Por Armando Vidal

Todos los periodistas tienen derecho a acceder al Congreso de la Nación. Deben contar con documento de identidad, del medio para el cual trabajan y decir hacia dónde se dirigen.

Los periodistas acreditados adquieren esa condición cuando los medios disponen que la cobertura parlamentaria la realice personal especializado y constituido en las respectivas Salas de Periodistas.

Los trámites se realizan ante las autoridades correspondientes. El criterio de acreditación de las Cámaras es restringido. La prioridad la tienen los medios nacionales por tratarse de un poder de la Nación y porque el espacio disponible es muy reducido.

Además, el riesgo de la infiltración no es sólo un problema de seguridad: también lo es para los periodistas en lo que a ellos concierne.

Hubo tiempos, que siempre pueden repetirse, en que pasaban por periodistas quienes lograban ingresar al Palacio Legislativo en nombre de un medio de difícil comprobación (por ejemplo extranjero) y una vez adentro, con el tiempo y la familiaridad de sus presencias, realizaban otras acciones, incluso delictivas.

Pero para que un periodista pueda ingresar al Congreso no es necesario estar acreditado. Con los requisitos ya señalados, el acceso sólo demandará un rápido trámite en la mesa de entrada de la Cámara a la cual concurra.

Siempre es recomendable llegar con anticipación. Hay que disponerse bien a esta obligación de los controles para ganar tiempo y no para perderlo. Esto último es lo que suele pasar cuando con los apuros se producen malos entendidos con el personal que derivan en la intervención de los agentes de seguridad.

En esos casos, es aconsejable pedir hablar con el reponsable de Prensa de la Cámara o bien con un periodista acreditado porque la palabra alcanza como garantía entre gente conocida. Es un tema de mutuo respeto y consideración a las respectivas funciones. A la postre, el personal de seguridad resulta un gran aliado de los periodistas que conocen sus límites y que, por experiencia, tienen la habilidad de no pisar alarmas.

Los jóvenes periodistas deberían contemplar que en determinados ámbitos resulta necesaria una adecuada presentación, si es que realmente quieren alcanzar sus propósitos lo más rápidamente posible.

Saco, corbata, respeto y convicción colaboran a aflojar las resisistencias. En el Congreso, tener buena presencia a la hora de las sospechas en sus puertas es también un acto de inteligencia, que los jefes de Redacción deberían tener en cuenta cuando envían a alguien a ese lugar.

Nadie ignora que todo control azuza su desconfianza cuando lo que tiene enfrente se parece más a un temido manifestante con mochila que a un periodista que necesita ingresar.