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DESAPARECIDOS, SIN LA PLACA

Duele escribir ante a un  aniversario del golpe de 1976 que en la Cámara de Diputados de la Nación desapareció de la sala de Periodistas la placa descubierta hace diez años en homenaje a los periodistas desaparecidos. Y no fue lo único que se llevó el apuro por la modernización del lugar. También falta el cuadro de Carlos Quirós dedicó al desaparecido Julio López.

 Por Armando Vidal

El 24 de marzo de 2010 no estará en su lugar de la Cámara de Diputados de la Nación la placa sobre los periodistas desaparecidos descubierta el 24 de marzo de 2000. Su lugar era el más visible de la sala de periodistas gráficos de la Cámara, que permitía a los propios diputados y al público que pasaba ante su puerta ver que también allí había parte del dolor por una trágica historia de los argentinos que para no vuelva a repetirse nunca debe ser olvidada.

En el centenar de periodistas desaparecidos hay dos periodistas parlamentarios: Eduardo Suárez, 30 años (El Cronista Comercial) y Rodolfo Fernández Pondal (radio Del Plata), 29 años el primero secuestrado el 12 de agosto de 1976 y el segundo el 5 del mismo mes del año siguiente.

La placa desapareció por responsabilidad de la propia Cámara y la indiferencia, sin excluidos, de los mismos periodistas.

No fue descolgada: la placa fue arrancada de donde estaba con la necesidad de quedarse.

Su texto decía:

EN MEMORIA DE LOS PERIODISTAS DESAPARECIDOS, VICTIMAS DEL TERRORISMO DE ESTADO, CON EL COMPR0MISO DE BUSCAR LA VERDAD, DEFENDER LA DEMOCRACIA Y FORTALECER LAS INSTITUCIONES.

Círculo de Periodistas Parlamentarios , 24 de marzo de 2000.

Fue descubierta en un acto simple, sencillo, sin discursos, salvo el de la presentación y sin otros asistentes que no fueran periodistas.

No fue el único símbolo que desapareció por responsabilidad de la propia Cámara: también desapareció el cuadro del artista Carlos Quirós, ex periodista parlamentario, sobre Julio López, cuyo título era No me olviden.

Hubo un tercer recuerdo desaparecido: desapareció una pequeña placa que recordaba al estimado compañero fallecido Leopoldo Melo, periodista de La Prensa, que salvo nombre y apellido nada tenía que ver con su pariente y ex diputado radical antipersonalista y luego conservador.

¿ Por qué la Cámara hizo lo que hizo ? Porque sin la participación como correspondía del Círculo de Periodistas decidió en 2008 modernizar la sala, la misma sala que en 1999 habían arreglado y pintado los propios periodistas –con materiales a cargo del Círculo y mano de obra de varios periodistas dispuestos-- para ofrecer una mejor presentación ya que se avecinaba la asunción de un nuevo gobierno y llegarían colegas extranjeros.

La sala hoy es otra sala, en todo sentido.

Fue la primera y consagrada visión del firmante de este artículo cuando la vio en febrero de 2009, al ser invitado a la inauguración, tras lo cual, para su sorpresa, recibió un afectuoso homenaje debido a su jubilación por parte del presidente de la Cámara Eduardo Fellner y del director de Prensa Román Tambini. Y donde, de las manos del querido Manolo Gil Navarro, ex DyN, recibió la atención, hecha por él, de un eterno y bello presente: un pedazo del viejo escritorio de Clarín, con la chapita correspondiente del diario y una cariñosa dedicatoria.

Por eso también duele escribir estas líneas.

Pero no hay otro camino que el propio para lograr una búsqueda colectiva, comenzando por las autoridades, para reencontrar esas consignas de luz que no deben resignarse al triunfo de las sombras. De todos depende, en primer lugar de los periodistas.

Papeles, libros, computadoras que pertenecían a los respectivos medios, todo habría ido a parar al olvido.

Allí, en el olvido, esperan la placa, López y Leopoldo.

Nota: Ante la insistencia, meses después aparecieron la placa sobre los desaparecidos y la pequeña en recuerdo de Leopoldo Melo, tal como se consigna en otro material de esa misma sección. El cuadro de Carlos Quirós sobre la desaparición de Julio López no apareció.