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PERÓN Y EVITA, EN LA SEDE DEL PC

En un artículo sobre el sudario de Evita publicado en Clarín, la autora, entonces periodista de ese diario, escribió esta columna. Perón y su enemigo Victorio Codovilla, mirándose. Dos bustos.

Por María Seoane

No se supo hasta ahora. Perón, Evita y Victorio Codovilla, jefe máximo del comunismo argentino por casi medio siglo, compartieron una pacífica inmortalidad en un sótano de la sede del PC en el barrio de San Cristóbal.

El abogado (Eduardo) Barcesat, citado en estas páginas, contó que allí, donde se ocultó el archivo del general y el sudario de Evita, había dos bustos, uno de Perón y otro de Codovilla, frente a frente, mirándose.

Es imposible no reflexionar sobre las paradojas de esa escena.

En vida, fueron cerriles enemigos. Codovilla apoyó hasta su muerte en 1970 todas las formaciones opositoras al peronismo desde 1945. Perón reprimió a los comunistas durante sus dos primeros gobiernos (1946-1955).

Evita los denostó fiel a su estilo hasta que murió tempranamente. No presenció, hacia 1973, el comienzo de un acuerdo nunca admitido públicamente por el cual un Perón herbívoro nombró a un judío polaco, argentino por decisión, y comunista secreto —José Ber Gelbard— su ministro de Economía.

Ni Eva ni Perón ni Codovilla pudieron ver cómo en los años ochenta los jóvenes comunistas criollos reivindicaron la rotunda centralidad del 17 de octubre de 1945 y reconocieron a Eva y a Perón como líderes populares.

Fue entonces cuando pusieron el busto del estalinista Codovilla en el sótano. Y, algo más: fueron sus nietos políticos quienes se avinieron a salvar la memoria de Perón y de Eva del zarpazo, según (Mario) Rotundo, de (Carlos) Menem, un caudillo peronista.

Sin duda la agitada inmortalidad de Evita, ahora por la investigación sobre su sudario, dio a la Argentina las historias más tremendas y extraordinarias de su modernidad.

Desde el alucinado peregrinaje de su cadáver, la loca necrofilia de un coronel, el pacto de silencio más perdurable de generales y tres Papas hasta la violenta carrera por recuperar su cadáver que protagonizaron los jóvenes montoneros.

También da ahora la posibilidad de conocer esta historia tan argentina.

Volanta y título: Análisis/ El abrazo de Perón, Evita y Codovilla

Fuente: Clarín, 21/3/04.