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MOURE QUIERE QUE EL PRO TENGA MÁS POTRERO

El multifacético colaborador de Congreso Abierto en Avellaneda fue a entrevistar a Juan Manuel Moure, presidente de la UCR en esa ciudad,   quien lo recibió con De la Rúa y su viejo equipo en una noche de confesiones. Más pueblo, menos gerentes y chetaje, pide Moure de Mauricio Macri con otras palabras.

Por Héctor Placenti

Por distintos problemas se fue enredando la cita para el reportaje a Juan Manuel Moure, titular de la UCR de Avellaneda, pero, de pronto, inesperadamente, un llamado puso al cronista frente al ex presidente Fernando de la Rúa e integrantes del gobierno de la tan recordada Alianza, la del final abrupto. 

Aclaremos: la Alianza de fines del siglo pasado, no la presente que en buena medida era la razón del encuentro.

Entre las figuras que acompañaban a De la Rúa, estaba el local Juan Manuel Casella, ex ministro de Defensa (y con Raúl Alfonsín, de Trabajo)  y Rafael Pascual,  el entonces presidente de la Cámara de Diputados de la Nación.

Sorprendente marco eligió el ex diputado nacional Moure -uno de los gladiadores del bloque de César Jaroslavsky contra las privatizaciones de Cavallo-  para la realización de la entrevista en la sede de la calle Belgrano, teatro de las confesiones inesperadas de De la Rúa a la luz de sus experiencias en la Casa Rosada.

Todos fueron presentados por el propio Moure con la idea de que dieran sus conclusiones en charla pública, como un modo –razón implícita-, de sacar en limpio lo que no habría que repetir en el presente, tomando en cuenta el compromiso del más que centenario partido con el novel Pro en el gobierno de Cambiemos que encabeza Mauricio Macri.

Se marcaron errores de aquel accidentado paso por la Casa Rosada, planteados y reconocidos por De la Rúa como, dijo, la designación de Ricardo López Murphy en la cartera de Economía y, después, la de Domingo Cavallo. Lo hizo con su tono habitual y disposición que también le es reconocida.

Emotiva charla con preguntas y retruques, con una síntesis interpretada al cierre por Casella, un brillante orador. Punto final, con aplausos y brindis generoso.

* Responde Moure

Momento ideal para dispararle a quemarropa unas preguntas a Tito Moure, contento con el resultado del acto porque se pobló de voces y bullicio el comité, el mismo de los sonidos del silencio de no hace tanto.

- Explique Juan Manuel… ¿cómo un partido progresista como el radical puede caminar de la mano con un partido de derecha…?

- Aparece como un partido de derecha pero no lo es y además, esto se decidió en la convención de Gualeguychú. Lo que hacemos es acatar lo resuelto: una alianza entre el Pro, la Coalición Cívica, el radicalismo y los ciudadanos que pedían un cambio...

- ¿Y qué cambio propondrían ustedes…?

- Ahora, debemos darle otra velocidad. Agregarle política a la acción. Hay que hacer visible la causa de los desposeídos, no la causa de los ricos. Ese espíritu no se puede perder porque ésa es la causa del radicalismo. Para eso estamos trabajando. Y aquí en Avellaneda, dígale a su director, lo que hacemos es sostener el rancho.

- Cambiemos es una nueva Alianza, que les permite llegar nuevamente al poder. ¿Pero qué tiene de diferente con la otra?

- Es un espacio de mayor convencimiento. Todos estamos convencidos de aportar para que el país salga. No podemos quedarnos atrapados en esta suerte de decadencia moral. Esta corrupción que hemos sufrido afecta enormemente  el futuro. Esto hay que corregirlo y estamos dispuestos a hacerlo.

- La ley anti despidos que ha vetado el presidente Macri, puede ocasionar inconvenientes como la ley gremial de Mucci en 1984 rechazada por el Senado a poco de andar el gobierno de Raúl Alfonsín?

- No estoy tan seguro. La ley Mucci, metía un cuchillo que cortaba el tejido sindical. No había minorías y tratábamos de darle un espacio a quien no lo tenía. Daba mayor participación. Aquí, no se da el mismo escenario pero puede causar tirantez. Pero va a existir diálogo y a eso tendremos que colaborar todos.

- Recientemente el diputado Julián Domínguez, dijo que le robaron las elecciones, en alusión a la interna con Aníbal Fernández. A usted, disputando la intendencia de Avellaneda, en 1991, le ocurrió algo similar en la elección abierta. ¿Nos cuenta un cacho…?

- Habíamos ganado la intendencia con una diferencia de 15.300 votos. Protestaron el fallo en todas las instancias y terminó en la Corte Suprema. No interfería la Corte en cuestiones electorales. Y le dieron el triunfo a Cacho Álvarez. (1)

- ¿Cómo pasó…?

 - No sé qué pasó… Lo que sí sé, es que nosotros hicimos un trabajo minucioso y nos dimos cuenta que efectivamente habían trabajado para un fraude. Yo al principio no lo podía creer, ni reconocer. Pero al final termínanos comprobando la maniobra. Se trabajó con gente incorporada a último momento. Alterando padrones. Por ejemplo, fuimos a una parroquia de la calle Salta, y encontramos que allí figuraban 120 personas anotadas ahí. Dije debe haber una vivienda muy grande allí, o varias casitas en el fondo. No había nada…mentiras, direcciones falsas para que la gente fueran a votar a favor de otro. Pasa el tiempo y lamentablemente se sigue con la práctica…

- ¿Por qué no hay renovación en su partido?

- Es parte de la crisis que vivimos. Uno de los errores de las autoridades es haberme elegido nuevamente a mí para dirigir por tercera vez el partido. A mi edad…

 - ¿Puede dejar un mensaje de aliento para Congreso Abierto?

- Entiendo la preocupación pero hay que esperar y no desesperar. Nosotros somos más de la pelota de futbol, la de cuero redonda, más que la de rugby, amigos que juegan al rugby. Son muchos los CEO que acompañan a Mauricio Macri. Espero que el Presidente comience a pensar más en lo social. Tenemos mucho por hacer para transmitirle no sólo a él, sino al conjunto del Pro, que la gestión debe tener ese sello porque nosotros somos la causa de los desposeídos en primer lugar. Y en segundo lugar, es indispensable que exista la división de poderes. Que la justicia opere como tiene que operar. Que nadie pueda hacerse el tontuelo en nuestra Argentina, haciendo un zafarrancho como se ha dado en los últimos tiempos y que ahora va descubriendo la Justicia.

 - ¿ Y cómo se cambia…?

- Hay que generar política. ¿Qué significa política?. Diálogo, encuentros, como el que vio usted aquí esta noche. Para no cometer los mismos errores y vivir tranquilos.

(1) En Hacer la Corte, Horacio Verbitsky le dedica un capítulo al episodio, cuyo título (Elecciones en Avellaneda: Barceló vive) califica la acción con solo mencionar ese apellido representativo del fraude electoral en la Década Infame. El toque de distinción de Verbitsky es incluir a Herminio Iglesias del lado de los buenos porque fue él el que advirtió y demostró a Juan Manuel Casella la trampa que haría el peronismo para entronar en la intendencia a Cacho Alvarez -el que fuera ministro de Daniel Scioli- como en efecto sucedió en desmedro de Moure y de la imagen de propia Justicia que lo convalidó.