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PANDEMIA HOY, MÉDICO DE AYER

En un artículo inusual para un político combatiente contra los atropellos del poder en todos sus pasos por el Congreso de la Nación, primero como senador en más de un período y después como diputado, el autor rinde aquí homenaje a un médico francés, con gran actuación en San Luis, especialmente en Villa Mercedes. 

Por Oraldo Britos

En un cuarto de trabajo, que podría llamarse escritorio, mi lugar, hay un viejo baúl. Atesoro allí libros especiales, diarios, folletos, fotos, recuerdos de los pueblos de mi querida provincia puntana, y mucho de mi Villa Mercedes. También,  a dos décadas de finalizar el siglo XIX, trabajos sobre el General Julio Argentino Roca que organizó como ministro de Guerra, en el gobierno de Nicolás Avellaneda (1874/1880) su cuestionada Campaña al Desierto, que incluye la designación del coronel Eduardo Racedo para comandar la columna de la región de San Luis y la convocatoria a un médico francés que había conocido en París  mientras hacía un curso en su grado de coronel del Ejército Argentino. Este viejo obrero ferroviario del pasado quiere que lo conozcan.

Se trata del doctor Juan Bautista Benjamín Dupont, médico civil y militar, terrateniente, empresario y emprendedor, y que, a pesar de que la Revolución Francesa en 1789 había terminado con la nobleza, ostentaba el título nobiliario de Barón de Chessat. En fin, cosas de allá.

Había nacido el 18 de agosto de 1851, en un pequeño pueblo del sudeste de Francia, completó sus estudios secundarios en el Liceo Imperial de Limoges e ingresó a la Facultad de Medicina de París, justo cuando Napoleón III marcaba aquellos años de estrecheces para todas las clases sociales. 

Antes de los veinte años había sido nombrado Caballero de la Legión de Honor por su actuación médica en la guerra franco-prusiana (1870/1). Fue entonces que presentó su tesis sobre: “Heridas con armas de fuego”.

Fue condecorado por la Legión de Honor de Francia y otras órdenes de mérito y honrado por concurso con varias medallas por trabajos científicos en Europa. Fue miembro de la Academia de Medicina de Río de Janeiro y de la Sociedad Francesa de Higiene, además de otras sociedades científicas de Europa y de América.

A Villa Mercedes llegó el 17 de setiembre de 1875, cuando también llegaba el ferrocarril Andino de Río Cuarto. Se incorporó como  médico cirujano a la Guarnición de la Frontera Sud de San Luis, que estaba a cargo del coronel Racedo. Se radicó y atendió no solo a los integrantes de la fuerza militar sino también a los civiles, con lo que adquirió un gran prestigio en su profesión y se integró a la vida social de la pequeña Villa.

El Dr. Benjamín Dupont revalidó su título en la Universidad de Córdoba y prestó su concurso en las epidemias de cólera y viruela. Fue reconocido como benefactor, publicó trabajos en revistas médicas y geográficas y propició la fundación de diversas asociaciones de asistencia social, como el Patronato de la Infancia y el Asilo de Mendigos, etc.

En 1878 contrajo enlace con María Menvielle, formó una familia ejemplar y tuvo el reconocimiento de la comunidad. Enseñó allí cómo generar tierra productiva en hortalizas y legumbres, mientras convocaba a realizar un censo que registraría 4.549 pobladores, reflejo del con marcado crecimiento desde la llegada del ferrocarril en 1875.

El 9 de noviembre de 1880 colaboró  para adquirir la casa Municipal ubicada en la calle Belgrano casi Potosí que había sido la antigua residencia de la familia de don Pedro Homaeche.

En 1881, asumió como concejal en Villa Mercedes. No fue 1° de agosto, inicio del período, como sí lo hicieron  Rufino Barreiro y Jerónimo Ramallo, integrantes del Concejo,  sino el 6 de agosto. Completó su mandato en 1886. Fueron sus mayor preocupaciones la salud pública,  el trabajo de la tierra y riego en las quintas, chacras y huertas familiares. Se caracterizó por su empeño en la plantación masiva de árboles y a ello sumó su empeño por el mejoramiento edilicio mercedino.

Es es de destacar que también logró establecer la vacunación obligatoria de todos los habitantes contra distintos virus que  se habían afincado en el país desde la fiebre amarilla en 1870/1 en la ciudad de Buenos Aires, además del cólera y la viruela, todo ello sumado a desnutrición en la niñez, otra de sus preocupaciones.

Por eso controlaba la higiene en las viviendas, eliminaba los charcos y pantanos de las calles,  retiraba basuras,  cuidaba la forestación de plazas y paseos y hacía llegar el agua de riego a todos los terrenos donde se cultivaban hortalizas y frutas, base de alimentación de la población.

Estamos los puntanos cumpliendo 140 años del comienzo en la Argentina, en San Luis, la obra del Dr. Benjamín Dupont, que a fin de siglo se trasladaría a la ciudad de Buenos Aires, donde continuaría con sus mismos empeños y donde fallecería en 1930.

No sólo nos corresponde imitar ese ejemplo, sino también sumarnos a la honrosa tarea de defender la vida contra la pandemia, que tiene en primera línea a los médicos, enfermeras, mucamas, personal de servicio, choferes de ambulancias, etc. Y con ello, además, ser, junto a Dios, solidarios con el dolor de quienes perdieron a sus seres queridos.

Villa Mercedes, San Luis, 27 de enero de 2021