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UN AMIGO EN LAS MALAS

Retrato sobre un hombre de bajo perfil, Raúl Reali, de tono distinguido y barrio popular de origen, que llegó a la política como un peronista distinto y que un día, sin ninguna especulación, tendió la mano a un preso político sin trabajo, a quien llevó a compartir su estudio de abogado en Quilmes. Era Carlos Menem, luego presidente de la Nación.

Por Armando Vidal

Esta es una historia de gratitud y lealtades, la historia de Carlos Menem, presidente, y Raúl Reali, un quilmeño que en breve sería la máxima autoridad de la central hidroeléctrica de Yacyretá. Y que puso sobre la superficie las pujas entre Economía y la Rosada sobre el control de la mayor represa hidroeléctrica. Justo cuando el grupo constructor reclama una deuda millonaria.

Pero a Menem y Reali, más que la política los une un destino de afectos y soledades.

En tiempos en que preservaba buenas patillas, Carlos Menem bajaba del tren en la estación de Quilmes, caminaba unas pocas cuadras y al rato estaba en un despacho para ejercer su profesión de abogado.

El pueblo donde el criollaje le ofreció la primera resistencia a los ingleses en 1806 era para Menem, en 1980, un recreo de libertad.

Menem acababa de superar su primera prisión en Tandil, y en ese marco de desazón e incertidumbre halló la mano abierta de Cachito Reali, un rubio de ojos celestes, soltero y codiciado por las damas y la suerte.

El ofrecimiento fue compartir el estudio y el trabajo, que Menem aceptó de inmediato. Y así fue cómo el ex gobernador riojano inició la práctica de largas tenidas en la ciudad de la cerveza y paseos por la bella avenida Rivadavia.

Esa paz se interrumpió abruptamente cuando lo volvieron a buscar para detenerlo en Las Lomitas, Formosa. Menem nunca olvidó a Reali.

Pero, ¿quién es hoy este hombre sonriente, galante y reservado que, tal como adelantó Clarín el sábado, reemplazaría a Jorge Pedreira, del rinñón del ministro de Economía Roque Fernández, al frente de Yacyretá?

Peronista y ex secretario de gobierno de su ciudad en 1973, llegó a la Cámara de Diputados en 1983. Fue uno más de los 111 legisladores justicialistas de entonces. Con una particularidad: se mantuvo siempre muy cerca de Diego Ibáñez y muy lejos de José Luis Manzano.

Pese a su habilidad para eludir entreveros, una noche tropezó en la Cámara con Norberto Imbelloni, diputado y, por aquellos amaneceres democráticos, furioso defensor de Herminio Iglesias. Por cuestiones que ambos dejaron en el olvido, Imbelloni desenfundó y le puso un revólver en la cabeza. Reali lo miró sin pestañear. Apretá, le dijo. Y el Beto, con mirada fiera y alma tierna, guardó el arma.

La secretaria del bloque que presenció la escena por poco se desmaya.

Elegante como un dandy, caballero al extremo, demasiado formal para ser peronista, Raúl Reali sería distinguido luego por su viejo amigo riojano.

Cuando Menem llegó al gobierno lo designó director de Yacyretá, cargo en el que permanece: hoy es el miembro más antiguo del directorio del ente, por ahora dependiente del Ministerio de Economía y con seguro pase a la órbita de la Presidencia.

Reali no sólo recibió distintas muestras de la consideración que le brinda el Presidente: también fue víctima del primer enfrentamiento entre Menem y el gobernador Eduardo Duhalde.

En 1993, cuando Menem quiso que Reali fuera de nuevo diputado, lo obligó a pedir el lugar en la lista a Duhalde, su jefe de distrito. Menem no titubeó cuando le tocó a él mismo pedir públicamente por Reali.

Finalmente, Duhalde lo ubicó en la lista. Pero en el puesto número venticinco y con la obvia intención de que no fuera elegido.Y así fue: Reali siguió en su amplia oficina con vista al río, en lugar de ocupar uno de los sucuchos del edificio anexo de Diputados.

Si Menem quedó para siempre agradecido por aquel gesto de 1980, Reali lo está por haber sido, además, destinatario de la más extraña carta que recibió en su vida.

Se la envió Menem desde Las Lomitas y le decía que sus carceleros no sabían lo que hacían al enclaustrar al futuro presidente de los argentinos.

Volanta, título y bajada: Perfil: Raúl Reali, el hombre que Menem eligió para Yacyretá/ Un amigo en las malas/ Reali conoció a Menem cuando el Presidente recién salía de la cárcel. Y le dio lugar en su estudio de abogado.

Fuente: Clarín, 28/12/1998