LA CRISIS DE LOS CUARENTA
No es una elección como las registradas hasta el presente. La herencia de años de dictadura, en 1983, mantuvo en acción a políticos avezados para enfrentar los inevitables juicios a los militares responsables de crímenes, secuestros, torturas y desapariciones, proceso complejo, de idas y vueltas pero que, al fin, veinte años después, quedaron despejados para quienes se amparaban en leyes que fueron anuladas por el Congreso de la Nación, uno de los primeros actos del presidente Néstor Kirchner. A cuarenta años de la democracia, avergüenza e irrita un candidato como Milel, que opera sobre los chicos de los celus y las redes. A Bullrich, al menos, la conocemos.
Por Armando Vidal
La crisis siempre abre un camino y ahora se expresa en las urnas, que serán las que decidan si la Argentina se resigna a la sumisión colonial de sus riquezas –Milei&Bullrich- o reafirma su independencia hasta llegar a la antesala misma del golpe que derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen en 1930, el primer consagrado en 1916 con el voto secreto y obligatorio de la Ley Sáenz Peña. El golpe que convalidó la Corte Suprema de Justicia (1) llevó a Yrigoyen a la prisión y al general golpista José Félix Uriburu al gobierno.