ENTRE TRAMPAS, HAMBRE Y FUEGO
Poco bueno puede esperarse de quien se siente amigo de Tramp y Bolsonaro, admira a la Thatcher, repudia a Hipólito Yrigoyen y Raúl Alfonsín y negocia con Mauricio Macri. Pero lo votó el pueblo sin engañar ni mentir como sí lo hizo Carlos Menem, en 1989, que abrió un inesperado proceso de privatizaciones en favor del gran capital, además del alineamiento carnal con Estados Unidos. Para un trabajo de cátedra, aquí se cuenta como en la versión menemista del peronismo se privatizó Gas del Estado, bajo la presión del ministro de Economía, Domingo Cavallo, improvisación de apuro que terminó con el escándalo del diputrucho, atrapado por los periodistas. Nada de esto le importará a Javier Milei, que justo a los cuarenta años de la democracia preanuncia trampas, hambre y fuego.
Por Lucas Yañez (*)
Durante la década de los ’90 del siglo XX se inicia en nuestro país el segundo ciclo desembozadamente neoliberal después del perpetrado por la última dictadura cívico-militar de 1976/1983. La recuperación de la democracia no había cumplido aún diez años cuando, bajo el argumento de la modernización del Estado y el ingreso al primer mundo, el gobierno de Carlos S. Menem llevó adelante un plan de privatización de las empresas del Estado argentino. En nuestra investigación queremos poner el ojo sobre algunos periodistas que, advirtiendo la maniobra del poder, la denunciaron y la pusieron en primera
plana.