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1995, OTRO GOLPE PRIVATIZADOR

El primer Presupuesto (1996) del segundo gobierno de Carlos Menem incluía un ajuste en el Congreso y una nueva embestida para privatizar la Imprenta del Congreso de la Nación, como era  intención de Alberto Pierri y que volvería a repetirse en 1999 cuando lo sucedió en el máximo cargo de la Cámara el radical Rafael Pascual.   

Por Armando Vidal

Diputados se apresta a encarar un ajuste que se anticipa el primero para dinamizar la tarea legislativa. Si coincide con la necesidad de reducir gastos no es, precisamente, por pura casualidad. Esta misma semana comenzará la discusión del Presupuesto '96 en la comisión de Presupuesto, encargada de elaborar el dictamen.

El Congreso tiene asignados un total de 393.287.022 pesos que se discriminan de la siguiente forma:

* Senado 120,407.080 pesos

* Diputados 193.657.182 

*  Biblioteca 30.065.260 

*  Imprenta 21.041.084 

* Obra social 18.730.361 

* Defensor¡a  del Pueblo 9.386.055

 Existe conciencia compartida en cuanto a la necesidad de reducir el plantel del personal, sin que ello signifique caer en despidos.

Para ello, se piensa en acelerar el proceso de privatizaci¢n de la Imprenta (850 personas con 20.049.087 pesos en sueldos) y en derivar personal de la Biblioteca (1072 personas con 29.293.973 pesos en sueldos) hacia la Biblioteca Nacional.

La obra social, que atiende a 36 mil afiliados, cuenta con 536 personas a su cargo.

En cuanto al uso de los llamados "fondos reservados" se entiende que se trata de un concepto que, si se admite como tal, no deber¡a merecer explicaciones ni rendimiento de cuenta alguna, según portavoces oficialistas.

La discusi¢n, por tanto, no es sobre el monto -ahora de 18.000.000 ya que 2.000.000 fueron reducidos recientemente por decreto- y cuya administración se dividen ambas presidencias de Cámara.

Con ese fondo no imputable previamente -ese ser¡a su nombre técnico- los diputados cobran el aguinaldo, dividido en dos cuotas y se paga el llamado "desarraigo", alrededor de 1.200 pesos por mes que perciben 150 diputados que viven lejos de la Capital Federal.

También se distribuye, proporcionalmente al número, a los distintos bloques, se realizan donaciones y se atienden emergencias (todo con recibo, aclaran las autoridades de la Cámara de Diputados que explican que el procedimiento se aplica desde la época de Juan Carlos Pugliese al frente de ella).

 En materia de pasajes a los legisladores, el criterio aplicado es devolución de aquellos que no se usen, lo cual es retribuido en dinero.

Todos -incluyendo a los legisladores porteños porque se trata de diputados nacionales- tienen derecho a siete pasajes ida y vuelta (o sea 14 tramos) y a 5 terrestres (o sea 10 tramos).

Con esto la Cámara ahorra alrededor del 30 por ciento de los gastos desde que se aplica este método desde 1991.

En Diputados, se atribuye que la merma de partidas por alrededor de 50 millones de pesos con relación al a¤o anterior se debe a que Alberto Pierri devolvió 45 millones que no hab¡an sido gastados.

Fuente: Escrito para Clarín, 9/11/95.