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GASPARINI APORTA A LA CAUSA

Este escritor y periodista que reside en Suiza con su alma en la Argentina señala que las responsabilidades civiles en dictadura también deben ser juzgadas por delitos de lesa humanidad, en los que encuadra Papel Prensa, según su opinión. Puso en manos de la Justicia su propio libro sobre la cuestión.

Por Miguel Russo 

En 1990, Juan Gasparini publicaba la primera edición de su libro Graiver. El banquero de los Montoneros, donde se incluía el análisis de lo ocurrido en la venta de Papel Prensa. Veinte años después, el periodista presentó la tercera edición de ese libro ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3 de la ciudad de La Plata, que entiende en el caso Papel Prensa.

 “Toda investigación periodística necesita algún tipo de reconocimiento judicial si se trata de denuncia de ilícitos –dice Gasparini–.

En esta edición, existiendo un sumario penal que trata de esclarecer lo sucedido con Papel Prensa, una empresa vinculada con David Graiver, me pareció oportuno presentar el libro en la causa. Puedo contribuir a que se conozca la verdad y fue una forma de decir aquí estoy, y de pie, no tengo nada que esconder. Mientras intentan deslegitimarme o denigrar el libro, lo doy a la Justicia por si le interesa informarse directamente de su contenido y no por lo que opinan Carlos Pagni, Jorge Lanata, Joaquín Morales Solá, Patricia Bullrich o Elisa Carrió.

 – ¿Está convencido de que la compra de Papel Prensa por parte de Clarín, La Nación y La Razón es un delito de lesa humanidad?

– En 1985, el Nunca más recopiló información sobre las responsabilidades de los militares de la dictadura, pero quedó la asignatura pendiente de las responsabilidades civiles. Entre tanto, la jurisprudencia de la Corte Suprema y el cuerpo legal del país avanzaron en función de la evolución internacional. Dejaron atrás la teoría de los dos demonios, que volcaba en la guerrilla el origen de todos los males, relegando a un segundo plano a los militares y a los demás actores civiles de la política nacional. La anulación de las leyes de amnistía en 2003 y las condenas de militares que siguieron instauraron la utilización del concepto de crímenes de lesa humanidad que necesitan de partícipes necesarios civiles. Llegó el momento de que la Justicia argentina establezca las responsabilidades de los civiles que no se determinaron en el Nunca más.

El caso Papel Prensa es un capítulo importante de esa tarea pendiente. Pero la Justicia debe resolver esta cuestión, y quien tenga pruebas para contribuir debe entregarlas. Esto no se va a solucionar por el imaginario resultado de una interminable pelea de versiones entre medios, sino con pruebas verificadas por jueces y fiscales.

– Usted menciona en un reportaje a la revista Noticias que el Grupo Graiver tenía una estrategia con la dictadura que los llevó a pensar que triunfarían sobre la maquinaria de muerte. ¿Había una estrategia de la dictadura para con el Grupo Graiver?

– Dije a Noticias que Lidia Papaleo intentó negociar con la dictadura y fracasó. Desechó un ofrecimiento de los Montoneros hacia marzo del ’77, poco antes de que la secuestraran los militares, para irse al exilio. A la luz de lo que le pasó, fue una equivocación no haber buscado refugio en el extranjero. Por qué lo hizo, corresponde a ella explicarlo. En cuanto a la estrategia de la dictadura, podría concluirse que el operativo de aniquilamiento del Grupo Graiver siguió un plan que abarcó tres fases sucesivas e interdependientes entre sí.

La primera fue decapitar al grupo, una multinacional valuada en 200 millones de dólares con tentáculos en la Argentina, Bélgica y Estados Unidos, abatiendo a su jefe, David Graiver, un asesinato reconocido por el diario Clarín el 2 de junio de 2010.

La segunda etapa se hizo respetando las apariencias de la legalidad, con la viuda y su firma de heredera en libertad, aunque sin duda bajo control y presión del régimen militar. La transacción debía parecer limpia, neutralizando reproches eventuales de cara al futuro.

Tenía que observar las formas de un canje ordinario de responsables, para que el proyecto monopolizador del “insumo vital” destinado a abastecer periódicos y revistas a escala nacional cambiara de manos sin despertar recelos. La tercera etapa fue la expropiación forzada de lo mucho que les quedaba a los Graiver.

Tal saqueo se llevó a cabo con los expoliados ya en prisión. Y comenzó tras un mes en el que los mantuvieron detenidos/desaparecidos, pasando de inmediato a ser condenados a largas penas de cárcel por la Justicia militar.

– ¿Cuáles fueron las denuncias seguidas por los Graiver luego del fin de la dictadura y cuáles fueron a su entender las respuestas de los gobiernos democráticos?

– Al declinar la dictadura, los Graiver interpusieron un recurso extraordinario ante la Corte Suprema, la cual anuló las condenas en su contra de la Justicia militar, en particular las de Lidia Papaleo de Graiver e Isidoro Graiver, a 15 años de cárcel, y el expediente fue remitido a la Justicia ordinaria. El juez federal de Buenos Aires Fernando Zavalía revocó lo realizado en jurisdicción militar.

No obstante, el fiscal Julio Cesar Strassera solicitó cinco años de prisión para Lidia e Isidoro Graiver, sobreseyendo a los demás. Zavalía no lo siguió. Absolvió y liberó a todos el 16 de julio de 1983. Strassera apeló en vano, no pudo probar la implicación de los Graiver con Montoneros y fue derrotado. En lo penal, los Graiver pasaron a estar limpios de culpa y cargo.

En lo civil, litigaron en 1984 por daños materiales. Raúl Alfonsín instruyó al procurador general del Tesoro a negociar un resarcimiento económico. Los Graiver consiguieron una indemnización de 84 millones de dólares, la devolución de 40 propiedades y Alfonsín refrendó el pacto por decreto del 28 de enero de 1986.

No lo hubiera hecho de detectar la presencia de fondos provenientes de la guerrilla, y así parece haber sido también probado en lo que atañe a Papel Prensa, tanto por el informe del Gobierno presentado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el pasado 24 de agosto de 2010, como por la querella que presentó la Secretaría de Derechos Humanos en el sumario en La Plata. Los 17 millones de dólares que invirtieron los Montoneros en el grupo Graiver fueron a parar a los bancos estadounidenses del grupo, que quebraron tras el asesinato de David Graiver.

 – ¿Iría a declarar en la causa Papel Prensa o sólo piensa hacerlo en la causa Esma?

– Tomé la iniciativa de presentar mi libro en la causa Papel Prensa y estoy a disposición de la Justicia.

Título: Juan Gasparini: “Puedo contribuir con la verdad, no me guardo nada"

Bajada: Las razones por las cuales el periodista, autor de Graiver. El banquero de los Montoneros, presentó su libro ante el juzgado de La Plata donde se lleva adelante la causa Papel Prensa.

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Fuente: Miradas al Sur, 26/9/10.