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CONGRESO: AGREDEN A JÓVENES PERIODISTAS

Mientras adentro se debatía la reforma judicial, cuatro jóvenes estudiantes de periodismo de TEA pidieron pasar del otro lado de las vallas para hacer entrevistas. Pero personal de Seguridad los agredió.

E. Cobe, L. Pérez, G. Demicheli,  F. Báez

A las 18.30 del 24 de abril último, llegamos a Bartolomé Mitre y Riobamba para acercarnos al Congreso de la Nación y hacer entrevistas cuando salieran los diputados que debatían la reforma judicial.

En el lugar nos encontramos con una valla custodiada por personal de la Policía Federal y varias personas de traje identificadas únicamente con un pin rojo con la silueta del Congreso en la solapa del saco.

Les manifestamos nuestra intención de situarnos al otro lado de la valla para poder acceder a los políticos a medida que fueran saliendo.

Con prepotencia, nos pidieron alguna credencial que certificase nuestro carácter de alumnos; les mostramos constancia de que efectivamente éramos estudiantes de TEA junto con nuestros documentos de identidad. Aunque mucha gente pasaba el vallado sin problemas para poder seguir caminando hasta la siguiente esquina, nosotros no.

Intentamos averiguar el por qué de la restricción y una persona que se identificó como "seguridad del Congreso" nos respondió: "Eso tenés que preguntárselo a la policía".

A su lado, una agente no sólo no nos contestó, sino que exigió que dejemos de grabarla con nuestro celulares.

En ese momento, la persona de "seguridad", que transpiraba excesivamente, nos empezó a increpar, diciéndonos que no teníamos que "venir más" porque nos iban a "romper la cabeza".

Nosotros, sin apagar los celulares, le preguntamos por qué nos trataba de esa manera.

Él, mientras continuaba custodiando el vallado, respondió violentamente que no hacía falta "un por qué", que si quería él nos podía "romper la cabeza" en ese momento, a lo que añadió que lo "dejemos de filmar".

Le aclaramos que no íbamos a apagar los celulares, y mientras tratábamos de entender por qué nos amenazaba de esa manera, sin mediar más palabras reaccionó agresivamente manoteando uno de nuestros celulares y tirándolo al suelo.

Inmediatamente, y ante los gritos de repudio de la gente que estaba a nuestro alrededor, se percató de que otra compañera seguía registrando todo. Otro golpe, y el celular se estrelló contra el piso. Por suerte siguió encendido.

Este "seguridad del Congreso", que estaba visiblemente nervioso, se fue del lugar aconsejado por un compañero.

Sin embargo, el que se quedó en su puesto no fue más amable.

Mientras veíamos cómo aleatoriamente pasaban otros transeúntes, tanto de un lado de la valla como del otro, seguimos preguntando el por qué de la discriminación.

"Andá a preguntarle a tu hermana" recibimos como única respuesta, además de "acá el único problema es que se te va a quedar sin bateria el celular".

Finalmente, nos fuimos del lugar, sin poder acceder a la vereda del Congreso, con la única certeza de haber sido agredidos en nuestra condición de estudiantes. Y sin saber por qué.

Fuente (con video de la agresión): http://www.diariopublicable.com/politica/1039-agredieron-en-el-congreso-a-estudiantes-de-tea-reforma-judicial-diputados.html

NdE: Las dos personas que aparecen en el video, una que agrede de hecho de una forma incalificable ante la indiferencia policial y la otra, que lo hace de palabra, parecen mejor capacitados para velar por la seguridad en los pasillos solitarios de las madrugadas de la Cámara de Diputados que en tratar con la gente en los vallados de contención fuera del Congreso, primera barrera que deben atravesar los periodistas. Los jóvenes actuaron aquí, tal como muestra el video, con toda corrección. Pedían saber por qué no les permitían pasar. En esos casos el personal de Seguridad debe tomar contacto con el sector de Prensa de la Cámara que siempre resuelve el problema. Los jóvenes sólo querían hacer notas en la calle y no pedían ingresar a la Cámara, lo cual reclamaba acreditaciones especiales. Nunca olvidarán su primera visita al Congreso, cuya imagen resultó seriamente dañada por personal incapacitado que, al parecer, es de reciente incorporación en esa estratégica dependencia.