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EL FÚTBOL FUE PRIMERO
Hace 24 años (NdE: ahora 25) el argentino Ricardo Carugati llegó a Palestina en una misión de los Voluntarios de las Naciones Unidas para fomentar la práctica deportiva en la Franja de Gaza. Fue el armador y entrenador de la primera selección Palestina de fútbol. El DT murió cuando comenzaba a disfrutar su obra. Igual, el fútbol llegó antes a Palestina que su soberanía.
Por Federico Abiatti
El hombre necesitaba encontrar “una gaza” que aliviara un dolor crónico, al cual sólo se lo puede mitigar con un constante reinventarse a través de nuevos desafíos y proyectos ¡Y vaya si la halló! A decenas de miles de kilómetros de su Villa Pueyrredón natal, más precisamente en el territorio litigiosamente conocido como “Franja de Gaza”.
Ricardo Luis Carugati había nacido el primero de enero de 1957. Su etapa de inferiores, la transitó bajo los tres palos de Argentinos Juniors, All Boys y alguna que otra liga del vasto interior nacional. Ya avizoraba que dentro del cuadrilátero de juego no alcanzaría mayor relevancia. Menudo problema, pues el fútbol era su plan de vida…
En 1994, en Ituzaingó, culminó el curso de técnico. Los años inmediatos lo encontrarían desempeñándose en las divisiones inferiores de Deportivo Merlo, “el Charro”; sobrenombre con el cual la institución del oeste de la provincia de Buenos Aires honra al magnífico José Manuel Moreno, quien supiese aportarle sus goles. Para Carugati serían años de transición, pues la historia que él soñaba escribir, arrancaría en los albores de 1997.
Más precisamente el 28 de febrero (sic) de 1997, Carugati desembarcó en Palestina como miembro de misión de los “Cascos Blancos de la ONU”. Su tarea profesional, allí, consistía en armar el primer representativo nacional de fútbol. Su tarea personal, mucho más ardua aún, mantener su cabeza ocupada en algo lo suficientemente absorbente como para minimizar al máximo la angustia por el fallecimiento de su hija, a sus incipientes 3 años.
Raúl Oscar Paglilla, profesor de educación física y Mónica Martins, entrenadora de vóley, también enrolados en la misión humanitaria, formaban parte del equipo de trabajo del DT porteño. Paglilla, puntualmente, como su preparador físico. Estimulado por la nueva atmósfera, Carugati se deleitaba con la fantasía de obtener un cupo para los juegos olímpicos del año 2000, por desarrollarse en Sídney.
Si sus ambiciones eran fuertes, sus concreciones lo eran aún más. La Federación Palestina de Fútbol databa de 1952, mas recién en 1998, y tras algunas gestiones del entusiasta Carugati, logró el reconocimiento y respectiva incorporación en FIFA. Sí… ¡Palestina tenía representativo en fútbol antes que soberanía estatal!
Sídney 2000 quedaría en una mera expresión de deseo. El 7 de febrero de 2001 Carugati fallecería en Zúrich durante un seminario en la FIFA, de la cual era instructor, a raíz de una falla cardíaca. Se perdería así, no obstante su más que merecido ascenso a la gloria eterna, el debut de sus dirigidos en las eliminatorias rumbo a Corea/ Japón 2002.
El domingo 4 de marzo de 2001 “la selección de Arafat”, como popularmente la habían bautizado, empataba con Hong Kong el primer partido de su flamante historia mundialista. Carugati dirigió desde el palco mayor. Tal vez previendo su ausencia, nos había dejado a Bautista, alias “Batistuta”, quien pocos meses antes había nacido fruto del reflorecimiento de su amor con Miriam.
Título: Franja de la felicidad
Fuente: https://lastimaanadiemaestro.com/2021/3/1/franja-de-la-felicidad/
Twitter: @FedericoAbbiat1