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O SERÁ ELLA O SERÁ ÉL
Aunque nada está firme, ni el gobierno de Mauricio Macri, sacudido por las tormentas que desata por impericia e inmoralidad, ni la oposición sobre cuya mayor referente, Cristina Kirchner, blande la espada de una Justicia sometida a órdenes más que a las leyes, es lo que se perfila para las próximas elecciones. O ella o él.
Por Emiliano Vidal
Cristina Kirchner vuelve a la competencia electoral. Así como la ex mandataria seleccionó como adversario principal a Mauricio Macri durante su gobierno, hoy el actual jefe de Estado lo hace con ella. Lo atónito llegó a su fin. Los candidatos tienen nombre y apellido en cada una de las listas. Son, mutuamente, el enemigo por derrotar. Se arrogan ser el futuro para doblegar al pasado. El Frente Unión Ciudadana ha conformado una nómina de diputados variable y atractiva en territorio bonaerense.
La economista Fernanda Vallejos, la dirigente sindical Vanesa Siley y el referente de la ciencia y ex titular del Conicet, Roberto Salvarezza, están en esa vía.
Un párrafo para destacar al ex gobernador Daniel Scioli quien, lealtad de por miedo, práctica no usual en política, supo interpretarar el viejo aforismo según el cual quien es derrotado en la elección para la primera magistratura de la República debe volver a comenzar.
La atención vale prestarla para Jorge Taiana, el compañero a segundo senador de Cristina, en una absoluta reivindicación para un nombre y un apellido con historia y que fuera el canciller de Néstor Kirchner.
El presidente Mauricio Macri palpita el comicio con la derrota personal sobre sus hombros por no haber logrado la reforma del sistema de votación por medios electrónicos de incierta seguridad y rechazada por ello en Alemania, pretensión vana como para moderar los alcances de la centenaria ley Saénz Peña del cuarto oscuro, el papel cantante y sonante, y el voto secreto, obligatorio y universal.
Se sabe que en el sistema tradicional de las elecciones, cada sufragio es un combate propio de una gran batalla.
Los candidatos oficialistas en la principal provincia del país no completan la imagen todavía en pie de la mandataria de la suave sonrisa María Eugenia Vidal. El gobierno de la Alianza Cambiemos Pro /UCR sabe que la garantía de la segunda parte de su mandato depende de los resultados de estos comicios.
Con la polarización hacia Cristina Fernández de Kirchner, el macrismo juega a todo o nada. ¿Y si gana la ex presidente y obtuviera las dos primeras bancas en el Senado de la Nación, qué grado de complicación acarrearía paral Pro hacia 2019?
El Frente Renovador, apuesta a Sergio Massa y Margarita Stolbizer, inflada ella para la Cámara de Diputados por el ex gobernador bonaerense, Felipe Solá, más la ex panelista del canal 13, Mirta Tundis y el ex funcionario kirchnerista Daniel Arroyo y el duhaldista Jorge Sarghini.
El sello del PJ quedó en manos del ex ministro de Cristina, Aníbal Florencio Randazzo. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la indomable Elisa Carrió pareciera encarar una victoria segura sobre su ex pupilo, Martín Losteau y el respetable Daniel Filmus. Raro. Todo. La Argentina siempre fue y es un escenario antitético.
Un partido nacido de la crisis del 2001, con la cara visible de quien fuera presidente del “país dentro de un país” que es el club Boca Juniors, en menos de dos décadas decoloró el camino del bipartidismo peronista radical y en las urnas catapultó, en un balotaje ajustado, al inquilino de hoy de la Casa Rosada.
El blindaje mediático sin precedentes despejó el recorrido. Hacia las PASO y más en octubre, esa fórmula se repitrá. Los grandes medios no dejan área del gobierno de Cristina sina hostigarla con acusaciones de delitos. No hay allí voluntad de encontrar reparaciones y castigos judiciales. Se trata de seguir construyendo en la sociedad ideas desproporcionadas de la realidad.
Estas listas y estos comicios de primer término legislativo en el gobierno de Cambiemos, traen los ecos del ajustado triunfo del balotaje de 2015 de Mauricio Macri que representó, en sí, la victoria de los medios, con hincapié en Clarín. La guerra durante más del primer semestre de 2008 del gobierno y el campo, no fue el ideal para plantear una ley de Medios.
El repentino fallecimiento de Néstor Kirchner en el día del Censo 2010, luego de festiva remembranza del Bicentenario de la Revolución de Mayo, propulsó la victoria en 2011 y la preparación posterior del candidato Sergio Massa de 2013 con la única misión de mellar en el 2013 -esa fue la consigna- un hipotético intento, a contramano de la letra constitucional, de la reelección de la Cristina para un tercer mandato. Desde allí, todo lo demás. El peronismo viene sufriendo un proceso de fragmentación a partir de la crisis del 2001, en la cual Eduardo Duhalde, en pos de que Carlos Menem no venciera para una tercera presidencia. pergeñó una especie de interna abierta en la elección del 2003, con la aparición como vencedor de Néstor Kirchner sobre el riojano y el puntano Adolfo Rodríguez Saá.
Ayer Massa, antes Alicate De Narváez, hoy Randazzo.
La atmósfera dentro de la Unión Cívica Radical es pesada. Así como el flanco comandado por Ernesto Sanz suscita ruidos hacia dentro de los comités por la alianza con el PRO, el alfonsinista Leopoldo Moreau acarrea hacia el cristinismo los principios que grandes radicales no permiteron que se doblaran, con la excepción del alvearismo en el conturbernio de los años treinta y de la Alianza de Fernando de la Rúa a fines de los noventa.
Muchos radicales fueron emigrando hacia las políticas kirchneristas, al punto que una gran porción del 54% que obtuvo Cristina en 2011 provino del alfonsinismo.
En este 2017 esas banderas se vuelven a enarbolar. Son casi 34 años de democracia ininterrumpida. El ex diputadol peronista Héctor Dalmau habla de superar los “ismo”. Hoy el sujeto político anhela dirigentes y tiene ofertas de toda clase. Son ciudadanos cansados de las desilusiones y los espejitos de colores. Son los quieren una República inclusiva, soberana e industrial, contra el vetusto esquema del país para pocos reducido a la importación de productos elaborados y a la exportación de materias primas.
Así podría resumirse lo que se palpita para octubre.