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CUANDO EL ODIO PUDO MÁS

El autor, hijo del destacado socialista Enrique Dickmann, el hombre que pegó el salto y en 1952 aceptó el llamado  y fue a hablar con Juan D. Perón -lo  expulsaron de su partido-, destaca la importancia de ese encuentro del que se cumplieron 65 años. Buscaban un puente: el odio pudo más.

Por Emilio Dickmann

Angel Borlenghi, aprovechando la ya avanzada enfermedad de Eva y por ende su debilitado poder político [1], logró convencer al Presidente Juan D. Perón  por un lado y por otro a un viejo líder socialista, Enrique Dickmann, de realizar una entrevista con vistas a lograr la conciliación nacional. Fue en la Casa Rosada.

 "La entrevista se realizó el 1º de febrero de 1952, a las 8 de la mañana, en el despacho presidencial —recordó Emilio Dickmann a Primera Plana edición del 17 de diciembre de 1968 [2] —, y además de Perón y mi padre también estuvimos presentes Borlenghi y yo. Mi padre pidió, como medida previa a la conciliación nacional, la reapertura de La Vanguardia y la libertad de todos los presos políticos y gremiales (socialistas y no socialistas), a lo que Perón accedió sin condición alguna. La entrevista terminó a las 11 y se dio un comunicado oficial cuyo texto fue previamente revisado por mi padre. Pocos días después se decretó la liberación de los presos y la reapertura de La Vanguardia." 

Esta entrevista significó el principio de un vuelco hacia la izquierda, que estuvo acompañado en los meses siguientes por la reincorporación al Partido Peronista de numerosos disidentes que desde las purgas del 1947/48 se habían mantenido expectantes a un cambio de dirección del partido (de la centroderecha procatólica a un centro izquierda más alejado de la Iglesia).

Se puede decir que la entrevista y las reincorporaciones mencionadas, señalaron un cambio en la dirección política post-Eva; estos cambios llevaron a un paulatino distanciamiento con la Iglesia. Luego, los nuevos electos diputados (elección de 1951, primera votación de las mujeres) pondrían sobre el tapete dos temas urticantes: la separación de la Iglesia y el Estado y el divorcio.

Esto terminó por enfrentar a Perón con la Iglesia y debilitarlo, no sólo dentro de las filas de uno de sus sostenes principales (el Ejército) sino también dentro de la parcialidad de católicos (sobre todo católicas) que habían constituido la mayoría de los peronistas pertenecientes a la clase media.

Así, numerosos ex funcionarios y docentes se alejaron del peronismo; como lo hicieron numerosas activistas políticas que de allí en más incursionaron dentro de las filas de los movilizados en contra del peronismo ateo.

Este vuelco de una parte sustancial del peronismo recién se podrá ponderar luego del golpe de estado palaciego, cuando el golpe fusilador del 55 saca su verdadero color al derrocar al procatólico (Eduardo) Lonardi y poner a  (Pedro Eugenio) Aramburu como dictador a cargo.

Luego de la entrevista de dirigentes de la CGT con el dictador Lonardi,  realizada a poco de concretada la renuncia de Perón, la CGT reiterará que Lonardi daba amplias garantías a la seguridad del depuesto mandatario, que se mantenían las conquistas obreras, que se respetaba a la CGT y a los sindicatos, los que no serán intervenidos.

Sin embargo, estas declaraciones y la actitud de "sin vencedores ni vencidos" de Lonardi lo llevarán a su derrocamiento por los sectores antiperonistas duros. Este golpe de estado palaciego hará que gran parte de los que se habían alejado del peronismo, volvieran al redil, sintiéndose engañados por las Fuerzas Armadas y por la Iglesia.

A pocos meses del golpe, en forma imperceptible, en noviembre de 1955, comienza el debilitamiento del golpe fusilador; lamentablemente, la fuerza de las armas les permitirá a sus dirigentes y propulsores, mantenerse en el poder por décadas hasta que finalmente las masivas huelgas del 82 los empujan a una acción suicida: la Guerra de las Malvinas.

De allí que veamos a esta entrevista como el primer síntoma de la desviación producida en el peronismo por el debilitamiento del poder de Eva y su posterior muerte en julio de 1952 (el mismo año en que se realiza el encuentro Dickmann-Perón). Dicha desviación provocará la caída de Perón y la proscripción de toda actividad peronista y con ello el abandono del capitalismo de estado como propulsor de la industria nacional.

Llamadas:

[1] Desde 1951 sufre desmayos por lo que debe alejarse temporalmente de sus actividades. A pesar de que muchos pedian sea la compañera de fórmula de Perón en las elecciones, el 31 de agosto de 1951 renuncia a esa posibilidad.

[2] De Primera Plana, 17/12/1968:  "Han pasado casi 17 años de la entrevista Dickmann-Perón y la situación política es sencillamente absurda. Quienes condenaron a mi padre a la muerte civil por haber querido la convivencia política con dignidad y en base al progreso social de la clase trabajadora, desde 1955 mendigan los votos de esa clase trabajadora a la que despojaron de sus derechos y de su justicia social, una justicia social que Perón había implantado y que el viejo Partido Socialista había abandonado y traicionado". Entrevista con Emilio Dickmann, hijo de Enrique.

Fuente: leolamemoriadelpasado.blogspot.com.ar/2012