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LA MARINA SE OPONÍA

La operación de traspaso de las acciones de Papel Prensa  al comienzo de la dictadura fue una acción incoada por el Ejército y no por las tres armas. La Marina controlada  por el entonces almirante Eduardo Emilio Massera, un genocida que pretendía soterráneamente ser el heredero político del peronismo, lo expresó públicamente a través del diario Convicción, que respondía a esa fuerza. Este es el artículo de su director, quien formula un vaticinio titulado: "Algún día, el Congreso de la Nación investigará el caso".

Por Hugo Ezequiel Lezama

Mientras en numerosos brindis oficiales con motivo de las fiestas de fin de año, altas autoridades expresaron alentadores conceptos sobre la libertad de prensa, el Poder Ejecutivo ha dictado el decreto 3.278 del 18 de diciembre (NdE: 1979), con el que se da una vuelta más de tuerca para consolidar el monopolio de Papel Prensa S.A. y se arroja al ahogo económico a todos los diarios del país –menos a La Nación, La Razón y Clarín, que son socios del gobierno en este negocio- al establecer un recargo aduanero del 45% para el papel importado. Minutos antes de partir al exterior, el doctor (Roberto) Durrieu –subsecretario de Justicia de la Nación- dijo a los periodistas que “en la Argentina existe un verdadero estado de derecho”.

Es probable que el funcionario no haya tenido presente, al hacer esa afirmación, el “caso Papel Prensa”, que por su arbitrariedad desenfadada, por la oscuridad y el silencio que rodeó su nacimiento a cargo de Graiver y Gelbard, y a su renacimiento posterior, a cargo del Proceso asociado a los tres diarios mencionados, más la secuela de protecciones coactivas que lo preservan, constituye un episodio harto infeliz y muy deteriorante del publicitado “estado de derecho”.

Nuestro colega La Prensa dijo en su editorial del jueves (NdE: 27/12/79), aludiendo a este problema, que Papel Prensa gozaba de “privilegios y ventajas que no reconocen precedentes en el país”. Algunos de esos privilegios son:

1.- Exención y reducción del impuesto a los réditos.

2.- Exención por diez años del impuesto de sellos.

3.- Exención por diez años del impuesto a las ventas.

4.- Exención del pago de derecho de importación.

5.- Diferimiento y pago en cuotas de otros impuestos.

6.- Decisiva participación financiera del Estado en la empresa.

7.- Obligación de los consumidores de adquirir el producto de Papel Prensa S.A.

8.- Y ahora, en reemplazo del punto anterior, la protección aduanera más onerosa.

Las entidades que representan a los diarios de todo el país han presentado severas notas ante el Presidente, ante Martínez de Hoz y ante el procurador del Tesoro, denunciando “el carácter autocrático y arbitrario” del contrato celebrado entre el gobierno y Papel Prensa S.A. ya que “las obligaciones impuestas a terceros de contratar con un productor monopolista, no nacen de la voluntad de éstos” y, por lo tanto, “no hay contrato por falta de consentimiento”.

Con toda razón el documento señala que la instalación de un monopolio de hecho está expresamente prohibido y castigado por nuestra legislación penal, sin contar que se ha perpretado una nueva injuria a la Constitución Nacional, al derecho y a la justicia.

La alternativa de los diarios independientes es muy simple: o compran su papel en el el exterior con un 45% de recargo sobre el valor del producto, con lo que los diarios argentinos pasarían a ser los más caros del mundo, o se ponen en la cola de los que deberán comprar compulsivamente a Papel Prensa S.A.

Pero como el papel que fabrica esta entidad es de inferior calidad y, además, no está en condiciones de abastecer el mercado interno, de hecho los dueños de Papel Prensa (el gobierno y sus tres asociados) podrían regular a quién se le da papel y a quién no. No hace fata ser un monstruo de suspicacia para advertir que se trata de una herramienta política de primer orden, apta para manipular a la opinión pública, someter a los diarios poco obedientes y decretar la defunción de los más díscolos, como en los peores regímenes totalitarios.

Es muy curioso que las organizaciones internacionales que ponen el grito en el cielo por el avasallamiento de los derechos humanos de los terroristas, nada hayan dicho aún del “caso Papel Prensa” que pasará a la historia como uno de los atropellos mas infortunados al derecho de informar y estar informado y de pensar y editar las ideas, sin lo cual no hay ni habrá nunca una democracia ni moderna, ni estable, ni civilizada.

El “caso Papel Prensa” invalida todas las declaraciones democráticas del Poder (…). Nosotros queremos creer que este tema no ha sido suficientemente analizado por las Fuerzas Armadas o no se le ha prestado la intensa atención que merece.

Por eso esperamos una rectificación (actitud muy sana que los gobiernos suelen desdeñar) para que se restablezca la posibilidad de una prensa libre.

Por otra parte los efectos de este caso no se podrán ocultar en el mundo con lo que se asestará un golpe final a la deteriorada imagen internacional de la Argentina.

Si no se da marcha atrás, si efectivamente se perpetra esta injusticia, no deben caber dudas acerca de que, alguna vez, el Congreso de la Nación reabrirá el caso Papel Prensa y su investigación tendrá consecuencias insospechadas.

Título: Algún día, el Congreso de la Nación investigará el “caso Papel Prensa”

Fuente: Diario Convicción, 30/12/79.